Meses antes de la reelección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos, la retórica antiinmigración que dominaba su campaña preocupaba a los obispos católicos, así como a muchas otras personas, por su agresividad y sus efectos: muchos inmigrantes –la mayoría de los cuales son legales– se sienten desde hace tiempo inseguros y tienen miedo. Esta situación se ha potenciado con la llegada a la Casa Blanca del nuevo inquilino que, en su primer día como presidente, firmó una serie de directivas en contra de la inmigración.
El 20 de enero, Trump firmó una orden ejecutiva que suspendía el Programa de Admisión de Refugiados de Estados Unidos, un cauce legal para adquirir este estatus y poder residir en el país. El 21 de enero, se emitió una…
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