Pocos líderes mundiales transmiten la sensación de tranquilidad de Narendra Modi. Comparado con un Putin empeñado en cercenar el este de Ucrania y un Xi Jinping que amaga con devorar Taiwán, el primer ministro indio, enfundado en su kurta y su dhoti y con sus manos unidas en actitud orante, parece el summum del equilibrio y las buenas maneras.
Visto desde el exterior, se comprende que en las elecciones parlamentarias recién concluidas sus compatriotas volvieran a darle mayoría –aunque esta vez relativa, no absoluta– al partido de Modi: el nacionalista Bharatiya Janata (BJP), con lo cual el político, al frente del país desde 2014, podrá seguir al timón por otros cinco años (antes que él, solo Jawaharlal Nehru, primer jefe de Gobierno tra…
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Un comentario
«cientos de miles de aldeas remotas por las que no pasaba ni el tigre» jeje