La Q de “queer” divide a la izquierda española

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PSOE
Clausura del 41 Congreso Federal del PSOE el 1-12-2024 en Sevilla (Francisco J. Olmo / Europa Press)

Ha sido una de las escasas sorpresas políticas del reciente Congreso del PSOE.  La ponencia final ha añadido una enmienda para que las mujeres trans no participen en competiciones femeninas y para suprimir el Q+ de las siglas LGTBI. Pero, además del enfado de los partidos a la izquierda del PSOE, ¿cuál es el alcance de estas medidas?

Las diferentes delegaciones provinciales socialistas enviaron más de 6.000 enmiendas al documento marco del 41 Congreso del PSOE. Un documento de 75 páginas que contiene diez metas para el 2030. La sexta meta es alcanzar “un sistema que combata la desigualdad en todas sus formas” y, entre otras cuestiones, se habla del colectivo LGTBIQ+. La séptima es conseguir “Una sociedad igualitaria en la que todas las mujeres tengan los mismos derechos, oportunidades y libertad que los hombres”. En uno de los epígrafes se habla de auspiciar “el liderazgo femenino en el deporte y la creación artística”. Es en estos dos puntos de donde “cuelgan” las enmiendas aprobadas.

La supresión de la Q y el signo +, aunque simbólicamente pueda tener fuerza, no supone demasiada novedad. La Q+ se refiere a lo queer y engloba todas aquellas identidades y orientaciones sexuales que no se encuentran incluidas en las anteriores letras (Lesbianas, Gays, Transexuales, Bisexuales e Intersexuales), en el Q+ se incluirían, entre otras personas, las pansexuales, asexuales, de género fluido o -lo que es más definitorio- las que se consideran no binarias. Para muchas personas trans, este Q+ supone una mayor validación de sus reivindicaciones porque suprime el marco biológico de la división entre hombres y mujeres, mientras que para algunas feministas suprimir este marco significa, precisamente, borrar a las mujeres. Son estas feministas clásicas las que consiguieron sacar adelante la enmienda que suprime la Q+ que se había incluido en el último documento marco. En el Congreso anterior del PSOE -el 40- siempre se aludía al colectivo LGTBI (sin Q+) así que, más que una supresión, es una no inclusión.

En cuanto a impedir que las mujeres trans compitan en categorías femeninas no deja de ser una declaración de intenciones en un tema también bastante conflictivo que suscita la oposición de grupos feministas. Algunos de ellos, por ejemplo, protestaron al ver cómo en las últimas olimpiadas se llevaron medallas personas transexuales que competían con una clara superioridad física.

El enfado de los socios de Gobierno

Evitar la competición en categorías femeninas de personas trans no depende de lo que opine el PSOE, que tendría que conseguir el apoyo de sus socios de Gobierno. Dos de ellos, situados a la izquierda de los socialistas, han manifestado su rechazo a las dos enmiendas. Un rechazo frontal… y algo sobreactuado. Canal Red, el medio vinculado a Podemos, aprovechaba para calificar al PSOE como “Partido Tránsfobo Obrero Español”. Irene Montero, eurodiputada de la misma formación, se apresuraba a grabar un video en el que sostiene que «las mujeres trans son mujeres tengan pene o vagina” y “prohibir la participación de mujeres trans en categorías deportivas femeninas es transfobia”. Por su parte, Sumar respondía a la medida del PSOE señalando: “La lucha por los derechos no puede dejar a nadie atrás. No se lucha contra la extrema derecha con las ideas de la extrema derecha”. También se pronunciaron en contra algunas asociaciones vinculadas al movimiento trans.

Frente a la virulencia de esas manifestaciones, otras críticas son más matizadas, quizás por la consciencia de que es un tema más político que real. El PSOE, por ejemplo, no tiene previsto derogar ninguna ley trans ni dejar de financiar a las asociaciones trans que reciben subvenciones. En esa línea se entienden las manifestaciones de Víctor Gutiérrez, secretario de políticas LGTBI del PSOE, sosteniendo que las enmiendas no reflejan el sentir mayoritario del PSOE y que se va a seguir trabajando por conseguir el máximo de derechos para las personas trans. Y en esa línea encaja también el relato que se ha difundido a los medios de unas votaciones a horas intempestivas, con pocos votantes, y el apoyo de unos grupos de feministas –se cita entre ellas a Carmen Calvo- muy bien organizados.

Un guiño a un feminismo clásico… y un puñado de votos

Porque la importancia que sí pueden tener estas enmiendas es tranquilizar a un colectivo -tradicional votante del PSOE- que estaba profundamente enfadado con algunas medidas que había impulsado Irene Montero desde el Ministerio de Igualdad, fundamentalmente la ley trans.

Estos grupos feministas habían manifestado su desacuerdo con las políticas del PSOE y sus socios e incluso en las últimas elecciones habían llegado a negar el voto a la izquierda. Algunas de sus reivindicaciones, como aquellas relacionadas con la infancia trans, habían encontrado mucho más eco en formaciones de la derecha.

Al margen de que el ala feminista clásica del PSOE se haya organizado bien para la votación, cabe presuponer que este “giro” le puede venir bien al socialismo español en términos electorales. En el momento actual, con un partido necesitado de “aliados” y unos socios absolutamente debilitados, parece oportuno conceder algo a ese sector y cortar un posible flujo de votos a la derecha. El votante de izquierdas enfadado con la medida siempre tendrá un partido más a la izquierda que seguirá sumando a la coalición. Mientras que el feminismo airado podrá agarrarse a la supresión de la Q+ para seguir apoyando al PSOE… aunque hayan sido ellos los que impulsaran algunas de las leyes actuales más lesivas para las mujeres.

Ana Sánchez de la Nieta
@AnaSanchezNieta

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