El género no equivale al sexo, dice el Tribunal Supremo británico

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El género no equivale al sexo, dice el Tribunal Supremo británico
Manifestantes contra la equiparación del género al sexo delante del Tribunal Supremo del Reino Unido durante la celebración del juicio, 25-11-2024 (foto: Europa Press/Contacto/Martin Pope)

En sentencia dictada el 16 de abril, el Tribunal Supremo del Reino Unido precisa qué debe entenderse por sexo, hombre y mujer en la Ley de Igualdad. “El significado común de esas llanas e inequívocas palabras se corresponde con las características biológicas que hacen de una persona un hombre o una mujer”. Por tanto, las mujeres trans, nacidas hombres, no pueden acceder a los espacios y servicios reservados al sexo femenino.

Así, los cinco jueces, por unanimidad, dan la razón a la asociación For Women Scotland (FWS) en su recurso contra una ley escocesa de 2018 que fija el objetivo del 50% de mujeres en los consejos de administración de instituciones y empresas públicas. En la tramitación parlamentaria, los diputados introdujeron una enmienda para incluir en el cupo a las mujeres trans. FWS acudió entonces a los tribunales alegando que la equiparación iría en perjuicio de los grupos y servicios reservados a mujeres.

El Gobierno escocés reaccionó precisando, en el reglamento de la ley, que a esos efectos solo se considerarían mujeres las transexuales con certificado de reconocimiento de género (CRG). Tal documento, creado por una ley de 2004, confiere valor legal al género declarado por una persona nacida con el sexo opuesto. Tener un CRG es una de las características personales protegidas contra la discriminación en la Ley de Igualdad de 2010 –que se aplica en todo el Reino Unido–, junto con el sexo y siete más (edad, maternidad, discapacidad, raza, matrimonio o unión civil, religión o creencia y orientación sexual).

FWS volvió a recurrir, por considerar que, aun con esa restricción, la definición de mujer seguía siendo demasiado amplia. FWS perdió las apelaciones en las sucesivas instancias hasta llegar al Tribunal Supremo.

La reciente sentencia dirime la disputa en favor de FWS al declarar: “Leídas sin prejuicios y en su contexto, las disposiciones [de la Ley de Igualdad] sobre servicios para un solo sexo únicamente pueden interpretarse como referidas al sexo biológico”. Esto, ha comentado Lord Hedge, vicepresidente del Tribunal Supremo, se aplica a equipos y competiciones deportivas, a las fuerzas armadas, a los hospitales, a los albergues para mujeres, a organizaciones femeninas, a vestuarios y otros espacios reservados a mujeres.

FWS ha celebrado el fallo. Una de sus cofundadoras, Susan Smith, ha dicho al respecto: “El sexo es real y las mujeres pueden desde hoy estar seguras de que los servicios y ámbitos destinados a mujeres son para mujeres”.

La escritora J.K. Rowling, que desde el principio ha apoyado a FWS y es una de sus principales donantes, tras conocer la sentencia ha alabado a “las extraordinarias y tenaces mujeres escocesas” que han llevado adelante esta pugna legal.

La realidad y los papeles

La sentencia invalida la inclusión de mujeres trans a los efectos de la ley escocesa, pero no cambia la Ley de Igualdad: solo precisa cómo ha de interpretarse. Por tanto, subsiste la protección a transexuales con CRG, que al igual que las personas de las otras ocho categorías, no pueden recibir un trato desigual con respecto al salario, por ejemplo.

Por otro lado, la Ley de Igualdad admite que los transexuales sean excluidos de los servicios o grupos para un solo sexo si ello es “un medio proporcionado para un fin legítimo”. Ahora bien, anota FWS, antes del fallo del Supremo, esas excepciones causaban problemas a las organizaciones femeninas, pues una mujer trans podía alegar discriminación por sexo. Es lo que dicen los jueces, al señalar que la Ley de Igualdad “deja claro que el concepto de sexo es binario: una persona es o mujer u hombre”, mientras que la equiparación del CRG al sexo “se superpondría a las definiciones de ‘hombre’ y ‘mujer’ –y, por tanto, a la de la característica protegida del sexo– de manera incongruente”.

En palabras de Maya Forstater, directora ejecutiva de la organización Sex Matters, “el tribunal nos ha dado la respuesta correcta: la característica protegida de sexo –masculino o femenino– se refiere a la realidad, no a los papeles”.

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