Médicos y psicólogos no deben colaborar con interrogatorios en Guantánamo

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Médicos, psicólogos y enfermeros al servicio de la CIA y del ejército estadounidense violaron sus normas deontológicas al colaborar en los interrogatorios a prisioneros en los campos habilitados en Afganistán, Iraq y Guantánamo. Es la conclusión de un informe recién publicado por el Institute on Medicine as a Profession (Universidad de Columbia) y la Open Society Foundation (iniciativa del millonario George Soros). Denuncias semejantes habían sido hecho ya por otras organizaciones, como Physicians for Human Rights o el Comité Internacional de la Cruz Roja (cfr. The New York Times, 7-06-2010).

El último informe ha sido elaborado por un comité de médicos, militares y especialistas en bioética, a partir de informaciones públicas, oficiales o aparecidas en los medios de comunicación o libros. Enumera las siguientes prácticas contrarias a la ética profesional sanitaria:

  • Colaborar en interrogatorios en que se infligieron malos tratos o torturas.

  • No denunciar las señales de violencia advertidas al atender a presos.

  • Facilitar a los interrogadores información médica sobre detenidos para que se usara como medida de presión.

  • Alimentar a la fuerza a presos en huelga de hambre.

Con respecto a lo último, se discute si es ilícito en todo caso, como sostiene el informe (cfr. Aceprensa, 12-07-2013). Pero sobre las demás prácticas no hay dudas entre los entendidos.

El informe reprueba la conducta de psicólogos que asesoraron sobre el modo de presionar a los detenidos en los interrogatorios

La cooperación de los profesionales sanitarios estaba prevista e incluso reglamentada. Un manual de la CIA para interrogatorios recomendaba contar con la asistencia de un médico para asegurar que los métodos violentos empleados no causaran daños graves o irreparables a los detenidos. Por ejemplo, cuando se recurría al waterboarding (echar agua en la cara del preso hasta casi ahogarlo) debía haber un equipo médico dotado con instrumentos para reanimar o hacer una traqueotomía de urgencia.

Críticas a la Asociación de Psicología
El ejército, por su parte, recurrió ampliamente a psicólogos para que asesorar a los interrogadores. Aconsejaban maneras de presionar a los presos y debían indicar si la presión llegaba a ser excesiva. El informe es muy crítico con la Asociación Americana de Psicología (APA), que en 2008 admitió la participación de profesionales en interrogatorios, siempre que se excluyeran ciertas prácticas enumeradas en el dictamen. Más tarde, sin embargo, la asamblea de la APA condenó toda intervención de psicólogos en Guantánamo y en las cárceles secretas de la CIA. El informe pide una prohibición absoluta, cosa que la APA no ha llegado a aprobar, porque no hay acuerdo sobre eso entre los miembros. Algunos creen que solo serviría para dificultar las denuncias de malos tratos.

El informe dice que el ejército sigue aplicando en Guantánamo dos métodos reprobables: la alimentación forzosa de presos en huelga de hambre y el uso de información médica y psicológica para hacer presión. Un portavoz del Departamento de Defensa defendió la primera de las prácticas, para impedir la muerte de los huelguistas. Añadió que a fecha 4 de noviembre quedan 14 presos que rehúsan comer, al menos a veces, y para ellos se ha aprobado la alimentación por sonda nasogástrica. Pero, precisó, no siempre se usa porque a menudo aceptan beber soluciones alimenticias o aun comer normalmente. En cuanto a los hechos pasados, dijo que en el informe hay muchos errores.

También un portavoz de la CIA declaró que el informe contiene graves inexactitudes y las conclusiones son equivocadas. No dio más detalles sobre los hechos denunciados, pero subrayó que la agencia no tiene ya presos a su cargo, desde que en 2009 el presidente Obama puso fin al plan de detenciones e interrogatorios secretos aprobado a raíz del 11-S.

La guerra norteamericana contra el terrorismo dio ocasión de que se justificara la tortura y métodos afines con razonamientos utilitaristas: porque servirían para obtener información que permitiera evitar atentados contra personas inocentes (cfr. Aceprensa, 13-07-2005). Un argumento semejante se aplica ahora a los ataques mortales contra terroristas por medio de drones, que a veces causan, por error o coincidencia, muertes de inocentes (cfr. Aceprensa, 19-03-2013 y 14-05-2013).

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