Más hispanos votarán por Kamala Harris en la elección que favorece a Trump

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Donald Trump, Kamala Harris
Donald Trump (foto: Gage Skidmore) y Kamala Harris (foto: Maxim Elramsisy)

La buena noticia es que los latinos o hispanos de Estados Unidos son ya la segunda fuerza electoral detrás de los votantes blancos, al llegar a 36.2 millones de personas elegibles para votar, 4 millones más que en el 2020 y más del doble de los 14.3 millones del año 2000.

Con esto superan a los votantes afroamericanos y a los de origen asiático, que ocupan el tercer y cuarto lugar, respectivamente.

Se prevé además que los latinos incrementen de nuevo su participación en los comicios norteamericanos de este año, toda vez que en el 2020 votaron 16.5 millones –más del 50% de los registrados–, mientras que en el 2016 acudió a las urnas el 48%.

No por nada los candidatos de los diversos cargos en disputa están cada vez más interesados en conquistar el voto hispano, que tradicionalmente ha favorecido al partido Demócrata.

En la encuesta más reciente de GQR, la candidata presidencial de los demócratas, Kamala Harris, obtuvo el 64%de las preferencias de los latinos, mientras que Donald Trump alcanzó apenas el 31% de las simpatías.

La diferencia es ligeramente mayor a la del 2020, cuando el 59% de los votantes de origen hispano optó por Joe Biden, de acuerdo a un análisis realizado por Pew Research Center, un reconocido think tank apartidista con sede en Washington, D.C.

Los votantes registrados en Estados Unidos al año 2022 sumaban 161 millones; esto significa que los latinos representan cerca del 23% del universo total de posibles electores, una cantidad nada despreciable.

La mala noticia, sin embargo, es que la influencia latina en las elecciones presidenciales del martes 5 de noviembre será relativa, toda vez que los votantes hispanos se concentran en los estados donde prácticamente ya está decidido el ganador, como son California, Nueva York e Illinois, donde se proyecta una amplia mayoría demócrata, mientras que en Texas y Florida se vaticina una clara ventaja republicana.

En California las encuestas dan el 50% a Kamala Harris contra 35% de Trump, en Nueva York suman 54% de los demócratas contra 40% de los republicanos, mientras que Illinois la ventaja para la vicepresidenta es también amplia: 58 contra 41 por ciento.

En Texas los resultados de encuestas favorecen a Trump con el 51% contra el 45% de Harris, mientras que en Florida la ventaja es similar, con un 52% del candidato republicano contra el 45% de la demócrata.

De los siete estados llamados columpio –swing states en inglés–, solo en dos la participación del votante latino será crucial: hablamos de Arizona y Nevada, cuya población de origen hispano asciende al 30.7 y al 28.7 por ciento, respectivamente.

En ambas entidades los sondeos de opinión muestran un empate técnico; por ello se considera que los hispanos podrían definir el resultado final, porque tanto en Arizona como en Nevada las propuestas para atender los problemas de la economía y la migración son por demás sensibles.

Una encuesta del Pew Research Center, realizada entre 9,720 habitantes bilingües durante los meses de agosto y septiembre de este año, detectó de esta manera los temas que más interesan a los latinos en las elecciones ya cercanas: economía (85%), salud (71%), violencia criminal (62%), política de armas (62%), inmigración (59%) y Suprema Corte (58%).

En el resto de los estados “columpio” –Pennsylvania, Georgia, Michigan, Wisconsin y Carolina del Norte–, la presencia latina no es tan significativa como para definir al ganador de la elección presidencial.

A nivel general, la sorpresa ha sido el repunte en las encuestas por parte de Donald Trump, quien perdió la delantera cuando Kamala Harris emergió como la suplente de un menguado Joe Biden, cuya edad, condición mental y su terrible desempeño en el primer debate presidencial, lo llevó a un desplome de las preferencias electorales.

Por su condición de mujer y su puesto de vicepresidenta de los Estados Unidos, Kamala se colocó en pocas semanas a la cabeza de las principales encuestas nacionales y se fortaleció todavía más luego del debate que sostuvo con Trump, el pasado 10 de septiembre.

Sin embargo, la compleja situación política y económica que vive Estados Unidos, además del intrincado panorama mundial, ha provocado que los electores volteen a Trump, quien es considerado entre amplios sectores del electorado como el más capaz para enfrentar la realidad actual.

La encuesta divulgada esta semana por el diario The Wall Street Journal colocó a Trump con el 47% de las preferencias de los votantes, contra el 45% de Kamala Harris.

WSJ es un medio tradicionalmente republicano, pero sus estudios de opinión gozan de amplia credibilidad.

El sondeo detectó que un mayor número de votantes ha adoptado un punto de vista más positivo con respecto a la agenda de Trump y al mismo tiempo una visión más negativa hacia la de Harris.

Según la encuesta del WSJ, el expresidente supera por un amplio margen a la actual vicepresidenta en cuatro de seis temas considerados vitales para los norteamericanos.

Los entrevistados sostienen que Trump aventaja a Harris en su agenda sobre inmigración, economía, inflación, así como en el conflicto Israel-Hamas, mientras que a Kamala Harris la ubican mejor en los temas del aborto y de la seguridad social.

Estos resultados revelan que con todo y la polémica que desata Trump por sus posturas sobre los inmigrantes, el manejo de la economía y las guerras en el exterior, la mayoría de los votantes se sienten atraídos por sus propuestas y están dispuestos a apoyarlo como ocurrió en el 2016.

Pareciera que para buena parte de los electores han quedado atrás la serie de juicios criminales que enfrenta el expresidente y su condición de llegar a ser el primer presidente en la historia norteamericana como un delincuente convicto.

Kamala Harris a su vez está batallando con su imagen gris de vicepresidenta; según la encuesta de WSJ, en esta ocasión el 54%de los entrevistados no está de acuerdo en su desempeño cuando en el pasado mes de julio la desaprobación fue del 42%, doce punto menos.

Pero a pesar de que Trump cuenta con más apoyo en los temas cruciales, el estudio refleja una preocupación de los votantes por la imagen inestable del expresidente.

Un 48% colocó a Trump como un peligro para el país contra el 43% de Harris y un 13 por ciento más opinó que la candidata demócrata tiene mejor temperamento y mentalidad para el trabajo de presidente a pesar de que el republicano fue calificado como el de mayor experiencia para el cargo.

Por cierto, Trump domina también el campo de las apuestas; en promedio general, los momios favorecen en este momento al expresidente con un 60% contra el 40% de la vicepresidenta.

Se trata de un dato muy subjetivo para determinar el resultado de una elección, pero indica el sentir de una parte de los electores que suelen apostar dinero en comicios.

A escasos diez días de las elecciones podemos resumir que la participación de la población latina aumentará a lo largo y ancho de los Estados Unidos, será crucial y hasta cierto punto decisiva si al final del día los resultados lo definen estados como Arizona y Nevada con alta cantidad de hispanos.

Más concluyente será en las candidaturas para puesto locales y legislativos donde la influencia latina podría marcar el rumbo en infinidad de casos. Hay que recordar, sin embargo, que muchos ciudadanos de origen hispano no se registran para votar o no suelen acudir a las urnas; ojalá suceda lo contrario en esta ocasión.

A estas alturas la contienda se mantiene muy cerrada de tal manera que el resultado final podría demorarse varios días en conocerse como sucedió en la disputa entre George Bush Jr. y Al Gore del año 2000, cuando tardó más de un mes en definirse por los alegatos y recuentos presentados en el estado de Florida.

No debe minimizarse en este momento el resurgimiento de Donald Trump, quien ha tomado una postura menos radical y más conciliadora, lo que pareciera brindarle buenos resultados.

Hace unos días fue entrevistado en un foro ciudadano de la cadena hispana Univisión en donde sorprendió porque a pesar de preguntas duras y afiladas no perdió la compostura, moderó además sus ataques en contra de los inmigrantes y sus contrincantes.

Es evidente su cambio de estrategia electoral. En días recientes su esposa Melania Trump presentó su libro autobiográfico titulado Melania, en donde apoya el derecho al aborto en marcado contraste a las posturas del expresidente.

“¿Por qué alguien más que la propia mujer debería tener el poder de determinar lo que ella hace con su propio cuerpo?”, escribió la ex primera dama.

Así las cosas, en el enmarañado ambiente electoral norteamericano cualquier cosa podría suceder el próximo 5 de noviembre.

 

Comentarios a healymediac@gmail.com

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