La exitosa fórmula de los pájaros que luchan contra el opresor porcino sigue originando secuelas de ambientaciones variopintas. En este caso, la saga se aventura hacia nuevos horizontes al adoptar gráficos tridimensionales y adaptar sus mecánicas a carreras de tipo Super Mario Kart.
En el campeonato de karting que se celebra en la isla Cerdiña vale cualquier cosa para ganar. Se puede emplear trampas, poderes y una propulsión extra, limitada por defecto a un solo uso por personaje. Cada miembro del simpático plantel tiene una propulsión y un vehículo distintos, y es necesario mejorarlos a costa de las frutas y gemas recogidas durante los circuitos para poder avanzar. Como todo juego freemium, también ofrece la posibilidad de pagar por las mejoras a cambio del tiempo que supondría conseguirlas. No obstante, se desaconseja por sus desorbitados precios.
Honrando sus señas de identidad, los karts están construidos con partes de las estructuras del juego original de la franquicia. Desafortunadamente, su control no es tan purista: aceleran automáticamente, no tienen frenos y tan solo hay que girarlos hacia uno u otro lado empleando botones en pantalla o los giroscopios de nuestro dispositivo.
Otro punto discutible es la simulación física de los vehículos, quizás demasiado disparatada: derrapan en exceso por su parte trasera y, cuando chocan con un lateral del circuito, se descontrolan. Por suerte, a diferencia de títulos similares, la respuesta a los controles es instantánea.
El añadido más peculiar es la reutilización de los circuitos, puesto que cada uno acoge cinco tipos de actividades: carrera todos contra todos, contrarreloj, recogida de frutas, enfrentamiento cara a cara, y enfrentamiento contra jefe de la pista. La constancia en superar las pruebas se premia habilitando nuevas pistas, ya que (obviando el sistema de pago) es la única forma de aumentar la cilindrada del vehículo hasta cumplir con los requisitos de acceso. Lástima que la longitud de los circuitos sea escasa aun con bifurcaciones.
Pese a su inspirada y pulida apariencia tridimensional, inédita en la saga, y su alegre apartado sonoro, adolece inexplicablemente de modos multijugador tanto online como en el propio dispositivo. Esto reduce la experiencia a una lucha constante contra la máquina, lo que le resta enteros frente a la competencia.
Con todo, es un título recomendable para jugadores de cualquier edad que no sean demasiado exigentes y busquen pasar un buen rato. Para tratarse de una aplicación gratuita, alberga suficiente calidad y creatividad como para ser tenida en cuenta si se obvian las pegas citadas.
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