Richard C. Morais, americano nacido en Portugal y durante años senior editor y corresponsal extranjero de Forbes, sorprendió a muchos en 2008 con esta su primera novela. Desde entonces se ha publicado en más de veinte idiomas.
Morais no es ni indio ni chef, pero cuenta en primera persona la historia de un indio musulmán de Mumbai, Hassan Haiji, desde la infancia a la madurez. Se inventa lo que parece realidad: y eso es la verosimilitud.
Los primeros años de Hassan transcurren en el restaurante de su abuela y de su padre. Después, un trágico asesinato le deja sin madre. La familia abandona la India, recala en Londres primero y luego en Lumière, un pueblo alpino donde hacen la competencia a un antiguo y prestigioso restaurante llevado por la terrible señora Mallory, que combatirá a los intrusos. Es en Lumière donde el libro alcanza sus mayores cotas de calidad y de diversión, porque hay que decir que es, casi antes que nada, una obra de calidad y divertida, cosa rara. El final interesa para completar la historia, pero el cenit ya se ha alcanzado antes.
El viaje de diez metros al que se refiere el título es el que hace Hassan desde el restaurante indio de su padre al francés de la señora Mallory, que está enfrente. Ese viaje cambió su vida y le llevaría con el tiempo a alcanzar tres estrellas Michelin.
No hace falta decir que en el libro se habla de comida, de platos exquisitos, de cocina profunda, de la moda –que Hassan no comparte– de “deconstruir” los platos. Casi se huelen las especias sin las cuales no habría cocina india.
Hay pocos libros en los que leer sea una delicia: por el ingenio del autor, por la habilidad en narrar historias, por la buena construcción de los personajes, por la diversión, por la variedad. Este es uno de ellos.