- Álbumes para pequeños
- Álbumes para primeros lectores
- Álbumes para lectores más mayores
- Álbumes o novelas gráficas para lectores jóvenes
- Libros infantiles
- Libros juveniles
Te quiero un montón (María Luisa Torcida)
Bruño. Madrid (2012). 32 págs. 5,90€.
Garbancito está triste, dice la primera frase, mientras en la ilustración le vemos tirar de la bata de su madre. Cuando esta se percata de las necesidades de su hijo, inicia una serie de juegos para decirle que le quiere mucho. Excelentes y dinámicos dibujos que tienen la singularidad de presentar una madre contundente y afectuosa de lo más natural.
El libro del oso (Georg Hallensleben)
Juventud. Barcelona (2012). 34 págs. 13€.
La historia es sencilla: una madre lee a su hijo un libro cuadrado sobre un oso negro que se prepara para dormir durante el invierno. El relato mezcla la historia del oso con el diálogo entre la madre y el hijo, que también se dirigen al oso —“Duerme, oso”, “Shhh…”, etc.—, para indicarle qué debe hacer… Las ilustraciones son cálidas y el texto es apropiado para compartir.
¡Oh no, Lucas! (Chris Haughton)
Pepa Montano – Milrazones. Santander (2012). 34 págs. 14,42€.
Un niño deja solo en casa a su perro, Lucas y, antes de irse, le pregunta: “¿Te vas a portar bien?”. Lucas asiente y dice que se portará muy bien. Luego vemos las tentaciones irresistibles que asaltan a Lucas: una tarta, un gato, una maceta… Alternan las dobles páginas sangradas, las de la vida real, y las que llevan marco, las de Lucas portándose mal, como si fueran un paréntesis en el que Lucas no fuera él mismo. Se provoca bien el deseo de pasar la página: después de cada tentación vemos a Lucas mirando al lector mientras hay una pregunta en el aire: “¿Qué hará Lucas?”.
¿Cómo te sientes? (Anthony Browne)
Kalandraka. Pontevedra (2012). 27 págs. 14€.
Álbum que puede ayudar a comprender los sentimientos propios y ajenos aunque, tal vez, por la forma en que algunos se presentan, se les pueden escapar a los lectores más pequeños. En sucesivas imágenes vemos al protagonista en distintos estados de ánimo: aburrido, solo, contento, triste, enfadado, culpable, curioso, sorprendido, confiado, vergonzoso, preocupado… Está siempre vestido igual y cambian su tamaño, su posición, el color del fondo, los gestos de la cara y las posturas, los contrastes con el mobiliario o con alguna otra figura.
La brujita Mimí aprende un hechizo para dormir y La brujita Mimí no tiene miedo… o sí (Kathleen Amant)
Macmillan. Madrid (2013). 26 págs. 13,37€.
Dos álbumes con temas habituales en los libros para pequeños. En el primero Mimí va a la escuela de magia y allí le enseñan un hechizo para dormirse de inmediato. En el segundo nos asegura que no tiene miedo pero, cuando se acuesta, hay muchos ojos que la miran… Las ilustraciones son grandes, las figuras contundentes, el tono de los relatos amable, y la lectura fácil para cualquiera.
ÁLBUMES PARA PRIMEROS LECTORES
Mamá Muu y el tobogán; Mamá Muu y los libros (Sven Nordqvist)
Maeva. Madrid (2012). 28 págs. 12,90€.
Álbumes divertidos: por las imágenes, por los argumentos y, sobre todo, porque los dos protagonistas, una vaca ingenua y un cuervo gruñón, están bien perfilados. En el primero, Muu ve jugar a unos niños en un tobogán y le dice a Cuervo que desea tirarse: lo consigue y lo destroza; así que los dos se ponen a pensar cómo arreglarlo. En el segundo, Muu está en una biblioteca leyendo, cosa que Cuervo no se cree; además, Cuervo se da cuenta de que nadie sabe por qué si la hierba que come la vaca es verde la leche que da es blanca y decide investigar para escribir un libro.
¡A la cola! (Tomoko Ohmura)
Corimbo. Barcelona (2012). 33 págs. 12,02€.
Álbum de números y animales. En la primera doble página un pájaro da la bienvenida, indica que hay que formar cola por orden de llegada, y una rana, la número 50, espera ya. La siguiente doble página vemos una fila de distintos animales, en la que cada uno dice algo, mientras el pájaro la sobrevuela pidiendo silencio. Así se avanza desde el animal más pequeño hasta al más grande… Los dibujos son excelentes. Hay guiños humorísticos en las relaciones entre los distintos animales mientras esperan.
Historia de Nuk (Natascha Rosenberg)
Narval. Madrid (2012). 30 págs. 15€.
La historia empieza diciendo: “Una ráfaga de aire zarandeó las ramas del árbol y la pequeña Nuk despertó por primera vez”. Luego, arrastrado por el viento, un pequeño ser recorre distintos paisajes en diferentes compañías mientras se pregunta: ¿soy un pájaro?, ¿soy una hoja?, ¿soy un copo de nieve?, ¿soy un grano de arena?, etc. Hasta que se queda atrapado debajo de una piedra. Relato que hace preguntarse al lector qué clase de criatura es Nuk. Las ilustraciones —todas conteniendo una escena a doble página, excepto una doble página en la que hay dos, y la de la última página— son claras, alegres y fáciles de seguir.
ÁLBUMES PARA LECTORES MÁS MAYORES
Flora y el flamenco (Molly Idle)
Barbara Fiore. Granada (2012). 32 págs. 15,38€.
Álbum sin palabras. En cada doble página vemos a un flamenco en la izquierda y a una niña gordita en la derecha que intenta replicar sus movimientos. Pero el flamenco se da cuenta y, por las miradas que echa a Flora, se ve que no le gusta nada y Flora se intimida un poco. Las ilustraciones están bien compuestas y contienen solo, sobre fondo blanco, las figuras de las protagonistas. Muchas figuras son dos: la que se ve primero, sobre una solapa, y la que, al levantarse la solapa, presenta un segundo momento de la acción.
El pobre Pedro (Peter Schössow)
Lóguez. Salamanca (2013). 34 págs. 12€.
Álbum de formato grande. Unos niños representan una mini-obra teatral basada en un poema de Heine, y otros acuden a verla. El álbum empieza cuando los niños van, y termina cuando salen. En unas dobles páginas intermedias vamos viendo la representación de El pobre Pedro y las caras de los espectadores. El lector puede seguir la evolución de cada uno de los personajes, tanto cuando los ve por detrás como cuando los ve de frente, mientras miran la obra, incluidos un osito y un muñeco como de hojalata que ocupan también sus asientos. Los personajes son simpáticos y la confección del álbum es sobresaliente.
Animalario (Carmen Queralt)
Combel. Barcelona (2013). 20 págs. 13,50€.
Estupendo álbum-juego. Al abrirlo se presentan veinte animales, cada uno con una ilustración sintética y con un pareado divertido debajo: “El mapache es incapaz de salir sin antifaz”, “Siempre me deja perplejo ver lo que salta un conejo”… En la primera doble página, donde vemos a los mismos animales y a cuatro más, se hacen preguntas o peticiones del estilo: “¿qué animal tiene el cuello más largo?”, “busca uno muy grande que tiene trompa”… En las siguientes, el juego se repite. Las imágenes tienen chispa y los textos son graciosos. Los lectores tienen tiempo para observar los detalles, responder a las propuestas y jugar bastantes horas.
ÁLBUMES O NOVELAS GRÁFICAS PARA LECTORES JÓVENES
Migrar (Javier Martínez Pedro)
Faktoria K. Pontevedra (2012). Libro acordeón de 20 págs. 21,12€.
Extraordinario álbum mexicano en el que los lectores pueden invertir mucho tiempo mirando con cuidado todos los detalles y reflexionando sobre la historia. Un niño narrador, en primera persona, habla primero de su vida en el pueblo; luego, de que los hombres se van y su padre también; después, de que cuando su padre deja de mandar dinero, su madre y él se marchan, en un tren atestado, hasta la frontera con los Estados Unidos; y, por último, explica que atraviesan el paso fronterizo y llegan a Los Ángeles. El formato es inusual: las páginas se leen en horizontal y se despliegan en acordeón hasta formar una única imagen donde, de arriba a abajo, se presenta la misma historia que se cuenta en unos textos cortos colocados, a la izquierda, en una franja blanca.
El país de jamás lo creerás (Norman Messenger)
SM. Madrid (2012). 30 págs. 14,90€.
Álbum enciclopédico bromista de los que causan admiración, por el trabajo enorme, el talento gráfico y el ingenio argumental del autor. Es también uno de esos libros que resulta inacabable para el lector, que puede pasarse horas explorando y descubriendo detalles nuevos. La primera doble página es un mapa explicativo: en él se ve una isla con forma de perro y se indican los territorios que mostrarán cada una de las doce láminas que seguirán. Aunque no todo el mundo aprecia igual este tipo de álbumes, tan “inútiles” y “desmadrados”, lo cierto es que componer personajes que integran cualidades o rasgos de varios que conocemos —el arbusto zanacebolla, el árbol alfabeto…— es un ejercicio de larga tradición dentro del subgénero del nonsense.
El saltamontes verde / Solo un pie descalzo (Ana María Matute)
Destino. Barcelona (2013). 144 págs. / Destino. Barcelona (2013). 269 págs.
Nuevas ediciones, cómodas de leer y con ilustraciones realistas sugerentes, de dos libros infantiles, o no tan infantiles, de calidad. Yungo, huérfano y mudo, es un chico que se ha ido encerrando en un mundo propio de fantasía, el Hermoso País, hasta que un saltamontes al que salva se ofrece a ser su acompañante y ayudarle a recobrar su voz. La protagonista del segundo relato es Gabriela, una niña que pierde con frecuencia un solo zapato y no los dos, como sería lo normal: por esta y otras torpezas la llaman distraída, perezosa… de modo que cada vez se siente más sola y se fabrica un imaginario “mundo secreto”, al que para huir debe quitarse un zapato. Como en otras historias suyas, en estas también la escritora trata sobre niños infelices que, sin embargo, acaban encontrando la forma de vencer las dificultades que tienen. Las dos tienen un tono cálido capaz de devolver a los lectores a los sentimientos propios de la infancia.
Cuentos de Diego y Daniela (Verónica Uribe)
Ekaré. Barcelona (2012). 100 págs. 11,80€.
Libro con tres relatos: Los limones mágicos, El barco pirata, La gran cometa voladora. Los tres tienen igual esquema: Diego y Daniela van con su abuela a ver a alguien especial. En el primero, a la casa de una bruja; en el segundo a la hermana mayor de la abuela; en el tercero a un fabricante de cometas que les deja elegir cualquiera menos una cometa especial. Son relatos amables, con vocabulario rico, sonoros juegos de palabras y versos graciosos. Argumentalmente hablan de la riqueza que supone para los niños las historias o experiencias que les transmiten sus abuelos.
Como un galgo (Roddy Doyle)
Bambú. Barcelona (2012). 176 págs. 7,02€.
Vidas entrelazadas de cuatro mujeres. La principal es la pequeña, Mary, de doce años. Su abuela Emer está en el hospital, muriéndose. Su madre, Scarlett, y Mary van a verla de vez en cuando. Y un día Mary conoce a una señora en la calle llamada Tansey que… resulta ser el fantasma de su bisabuela. A través de diálogos vivos e incisivos se muestran cuáles fueron sus relaciones y cuál es el motivo por el que a la bisabuela se le ocurre aparecerse ahora. Es notable la fluidez narrativa que consigue Doyle, usando distintos narradores, y la chispa sarcástica pero amable que tienen los numerosos diálogos. Se habla bien de la muerte y de la pérdida, aunque no considera si hay inmortalidad después.
La lección de August (R.J. Palacio)
Nube de Tinta. Barcelona (2012). 416 págs. 14,95€.
Uno de los mejores relatos del año. August Pullman, Auggie, es un chico de diez años que nació con una deformidad facial. Vive con sus padres y su hermana mayor, Via, que siempre le han ayudado y protegido. Tiene una gran fijación con La guerra de las galaxias. Nunca ha ido a la escuela y sus padres piensan que ha llegado el momento de que lo haga. La novela empieza en ese momento y cuenta el difícil acostumbramiento de August y sus compañeros a la situación. Novela que desea y consigue conmover. Buena parte de su encanto está en la voz narrativa de August: natural y convincente aunque sepamos que ningún niño se pueda expresar con tanta claridad y ser tan perspicaz, divertida e irónica por más que respire dolor y decepción. La novela plantea bien la importancia del afecto, y presenta con acierto el premio de una felicidad familiar basada en el olvido de uno mismo.
La isla de Bowen (César Mallorquí)
Edebé. Barcelona (2012). 510 págs. 9,57€.
Excelente novela de aventuras y de ciencia-ficción deudora, sobre todo, de obras de Verne, Conan Doyle y Wells. En 1920 la mujer y la hija de un arqueólogo inglés viajan a Madrid para pedirle al profesor Ulises Zarco, un intrépido explorador, que les ayude a encontrarlo. Para convencerlo le entregan un cilindro de un metal desconocido que, una vez analizado, resulta ser titanio puro. La novela cuenta la expedición, sus descubrimientos, y la persecución que sufren por parte de un multimillonario empresario sin escrúpulos. La narración es amena e intrigante. Está organizada en capítulos cortos que se alternan con fragmentos del diario personal del joven fotógrafo Samuel Durango.
Theodore Boone: el acusado (John Grisham)
Montena. Barcelona (2013). 254 págs. 17,95€.
Tercer relato del mismo protagonista que ve que alguien ha robado en su taquilla, que alguien le pincha una y otra vez la bici, y, finalmente, que aparecen en su taquilla unas tabletas y móviles robados: no sabe quién puede ser y aparece, a la vista de la policía, como el sospechoso principal. Un hábil pero discutible consejo de su tío Ike le pondrá sobre la pista. No hay nada nuevo para el seguidor del autor y del personaje. El relato es ameno y contiene más información sobre cómo funcionan la policía y el sistema judicial norteamericano, ambiente colegial, etc. Grisham expone bien cómo son las reacciones interiores de un chico ante algunos comportamientos y consejos de adultos.
Loba (Verónica Murguía)
SM. Madrid (2013). 509 págs. 11,95€.
Larga novela de fantasía épica que los entusiastas del género disfrutarán: es una obra de primer nivel, cuidadosamente construida y escrita, que da una vuelta de tuerca más a viejas leyendas. En un mundo paramedieval se da una rivalidad histórica entre tres reinos limítrofes: Moriana, donde sucederán los acontecimientos, una tierra sin magia; Alosna, un país de magos; Tarkán, donde viven los tungros, unos guerreros salvajes de la estepa. Tanto un dragón cruel como un unicornio bondadoso desean a una joven doncella virgen que resultará ser Soledad, la hija del rey de Moriana, Lobo. En capítulos cortos, cada uno centrado en alguno de los personajes, la narración se despliega ordenadamente como con la voluntad de que no falte ni un detalle. Todo se dirige a los momentos de reconocimiento y de arrepentimiento de los protagonistas, el joven mago Cuervo y Soledad. El desarrollo argumental se resiente un poco de que los oponentes son personajes con poco peso. Hay sabiduría literaria y un grandísimo trabajo detrás.
Bajo la misma estrella (John Green)
Nube de Tinta. Barcelona (2012). 301 págs. 14,38€.
Indiana. Amistad entre Hazel, una chica bajita de dieciséis años con cáncer de tiroides y Gus, un chico de diecisiete, jugador de baloncesto, que, como consecuencia de un osteosarcoma, tiene una sola pierna. Consiguen viajar a Holanda para cumplir el sueño de Hazel: conocer a un escritor cuya única obra, también acerca del cáncer, es la que más la ha ayudado siempre. Hazel es una narradora sarcástica y cautivadora, dulce y amable o áspera y punzante. Con este modo de narrar dice lo que muchos desean oír, y, al mismo tiempo, contrarresta cualquier blandenguería. La historia tiene también momentos burdos y de iniciación sexual, que parecen no encajar del todo en la clase de narradora, tan literaria, que es Hazel. Los padres de los protagonistas son personas entrañables. Las conversaciones sobre el más allá de la muerte son inteligentes y respetuosas aunque no tengan el alcance de Blanca como la nieve, roja como la sangre, otra novela de chicos con cáncer (pero italianos, no norteamericanos).