Sinsonte

Sinsonte

EDITORIAL

TÍTULO ORIGINALMockingbird

CIUDAD Y AÑO DE EDICIÓNMadrid (2022)

Nº PÁGINAS352 págs.

PRECIO PAPEL23,95 €

PRECIO DIGITAL14,99 €

TRADUCCIÓN

GÉNERO

Walter Tevis (1928-1984), profesor de escritura creativa en la Universidad de Ohio, fue autor de varias novelas muy conocidas por sus adaptaciones al cine o a series de televisión. Comprobar el cada vez menor nivel lector de sus alumnos le llevó a preparar Sinsonte, un relato de ciencia-ficción situado en Nueva York en el siglo XXV, deudor de otras obras distópicas.

Sinsonte se desarrolla en un mundo gobernado por robots, donde abundan los suicidios y donde no nacen niños. Sus personajes principales son el inmortal Spofforth, la máquina más perfecta jamás creada, decano de la Universidad de Nueva York, que desea suicidarse, pero no puede porque su programación se lo impide; su subordinado Paul Bentley, un profesor experto en películas mudas anteriores a la existencia de la televisión, gracias a cuyos rótulos aprende a leer; una chica, Mary Lou, a la que Bentley encuentra en un zoológico (todo de robots-animales), de la que se enamora y a la que también transmite su pasión por la lectura.

Cuando llevan un tiempo viviendo juntos, y han violado por tanto todos los “Principios de Individualismo e Intimidad”, Spofforth detiene a Bentley y lo envía a una especie de prisión por el crimen de leer, y se lleva a vivir con él a Mary Lou, que pronto descubre que está embarazada. Más adelante, Bentley logra escapar y unirse a una extraña comunidad con algunos conocimientos cristianos muy confusos.

La narración podría ser bastante más corta e intensa; también cabría discutir la oportunidad o la necesidad de algunos tramos y si no es un lastre que Spofforth y, en general, los robots, acaben siendo seres tragicómicos. Con todo, está bien que se pongan los acentos en el descubrimiento del sexo unido al amor, en que leer y enseñar a leer es lo más subversivo que se puede hacer –“la enseñanza de la lectura es un crimen”, dirá Spofforth–, y en el drama de las vidas humanas vacías –hay un momento en el que los protagonistas descubren un poema que no pueden dejar de recitar: “Los hombres huecos”, de T. S. Eliot–.

Pero, puestos a subrayar una idea, tiene fuerza y actualidad la que Bentley formula cuando, al avanzar en su comprensión de la sociedad en la que vive y en la educación que recibieron, señala que “nunca desarrollamos un sentido de la historia; todo lo que sabíamos, si nos deteníamos a pensarlo, era que antes de nosotros existían otras personas, y que nosotros somos mejores que ellas. Pero a nadie se le animaba a pensar en algo que no fuera él mismo. ‘No preguntes, relájate’”.

Dejar comentario

Conectado como Aceprensa. Edita tu perfil. ¿Salir? Los campos obligatorios están marcados con *

Contenido exclusivo para suscriptores de Aceprensa

Estás intentando acceder a una funcionalidad premium.

Si ya eres suscriptor conéctate a tu cuenta. Si aún no lo eres, disfruta de esta y otras ventajas suscribiéndote a Aceprensa.

Funcionalidad exclusiva para suscriptores de Aceprensa

Estás intentando acceder a una funcionalidad premium.

Si ya eres suscriptor conéctate a tu cuenta para poder comentar. Si aún no lo eres, disfruta de esta y otras ventajas suscribiéndote a Aceprensa.