Charley Moon es un chico que vive en una aldea inglesa de apenas seis casas. No es muy dado a los estudios. Sin embargo, le encanta pasear por los humedales de su molino, conoce a la perfección el mundo de las flores, sabe cómo cazar una trucha con las manos y es muy ingenioso para gastar bromas o inventar cosas. No sabe a qué se dedicará en el futuro, hasta que descubre el increíble sonido de la armónica…
Esta deliciosa obra del escritor británico de entreguerras Reginald Arkell (1872-1959), segunda publicada en esta editorial tras el éxito de Recuerdos de un jardinero inglés, es una novela de aprendizaje. Sigue la evolución de su protagonista al adentrarse en el mundo del espectáculo. Descubriremos con él el claroscuro de la fama y de la high society londinense.
La historia tiene momentos de indudable lirismo y buen humor, páginas hermosas y auténticas, donde se describen las alegrías más sencillas y se exalta el mundo como un hogar maravilloso (“vi a un vagabundo que estaba en una cerca tomando el sol. Siempre he pensado que era el hombre más feliz que he visto…”). En oposición, también se presenta la estupidez y la banalidad más tristes (“si eso era la fama, él no la quería”). Y todo ello con personajes geniales como Rose, una amiga de la infancia que encarna la felicidad y la fidelidad, el productor teatral o el doctor anciano y sabio que aconsejará bien a Charley.
La acción es ágil y entretenida, el estilo, muy amable, y los diálogos son frecuentemente brillantes, y con más frecuencia aún, rítmicos y hasta musicales.
