Andrés Ortega Klein (Madrid, 1954) posee una dilatada carrera como periodista, investigador y analista político. En dos ocasiones (1994-1996 y 2008-2011) ha sido director del Departamento de Análisis y Estudios del Gabinete de la Presidencia del Gobierno. Recomponer la democracia nace al hilo de sus reflexiones y conversaciones con los promotores de Agenda Pública, un sitio de Internet que desea ser un espacio de reflexión y estudio sobre cuestiones políticas y sociales.
Aunque el autor niega en la introducción que este libro pretenda ser un programa político, se asemeja mucho a ello, no porque posea una gran carga ideológica, sino más bien por lo contrario: por ofrecer, junto con un diagnóstico bastante detallado de la crisis social y política que atraviesa España, una amplia colección de propuestas para mejorar la calidad democrática de la política española.
Una idea que subyace en Recomponer la democracia es que España avanza, no hacia una dictadura, pero sí hacia una no-democracia, a una democracia de baja calidad institucional, o, en palabras de Colin Crouch, una posdemocracia. Entre los elementos que propiciarían esa baja calidad democrática se encontraría aspectos socioeconómicos, como son la creciente desigualdad económica y la “implosión controlada del Estado de bienestar”. Por otra parte, el “desclasamiento” –la existencia de amplios sectores sociales cuya situación laboral y económica les impide identificarse con una determinada clase social y construir su vida sobre un sentido de pertenencia–, junto con el fenómeno del “precariado” crean una situación social peligrosa. Esas personas quedan expuestas a planteamientos extremistas y populistas, que amenazan la estabilidad social.
Junto con esta descripción socioeconómica, Recomponer la democracia se ocupa de las cuestiones propiamente políticas con las que se enfrenta España, y que en muchos aspectos comparte con otros países. La falta de sintonía entre los ciudadanos y los partidos, la corrupción y la falta de vertebración territorial son algunos de los problemas que el autor considera más acuciantes.
Es en estas cuestiones donde quizá son más abundantes, concretas e interesantes las propuestas del autor, que podrían dar respuesta a la tan manida regeneración política y a la lucha contra la corrupción. Ortega lanza diferentes sugerencias que miran sobre todo a “desburocratizar y desanquilosar las estructuras internas de los partidos”. Por su parte, el Estado de las autonomías precisa de una actualización, sin que ello implique “recentralizar España”, sino dar más peso en la política nacional a las autonomías, con objeto de que estas se impliquen más en un proyecto común de Estado. En política económica, la solución pasa por un shock de competencia, que termine de una vez por todas con los oligopolios de un país que ha confundido liberalizar con privatizar.
Escrito desde una sensibilidad socialdemócrata, el libro resulta mesurado. Por ello quizá llama más la atención la consideración negativa que el autor exhibe respecto a la Iglesia católica. “La salud de la democracia española necesita que la Iglesia pierda peso político”, llega a afirmar.
Recomponer la democracia, en definitiva, representa una exposición muy completa y actualizada de los problemas sociales y políticos que aquejan a España. El autor no escurre el bulto y hace propuestas, que podrán juzgarse más o menos acertadas, pero, en cualquier caso, dignas de ser escuchadas para sacar a España del estancamiento económico y político en que se encuentra.