La escritora, editora y traductora rumana Ioana Pârvulescu, profesora de Letras en la Universidad de Bucarest, es actualmente un referente literario en su país. Ha recibido dos veces el Premio de Literatura de la Unión Europea. Los inocentes (2016), su última novela traducida al español, narra la historia de una familia rumana a lo largo del siglo XX con la voz de una niña llamada Ana. La protagonista vive con su familia –padres y tres hermanos– en la ciudad transilvana de Brasov, donde nació la autora en 1960.
El relato adopta dos interesantes puntos de vista: la infancia y los recuerdos. Con muchos rasgos autobiográficos, la autora muestra cómo los miembros de esta familia, a lo largo de varias generaciones, fueron capaces de sobrevivir a dos guerras mundiales, al fascismo y al régimen comunista de Ceaușescu.
La narración está dividida en capítulos simbólicos que dibujan la mirada de la infancia, la auténtica protagonista de Inocentes. Ana crece y evoca el ayer, ya que, según ella, “el pasado debe permanecer en nuestras vidas, tan lleno de posibilidades como el futuro”. Un pasado construido con sucesos triviales, juegos o anécdotas intranscendentes, en el que tiene su importancia el amor a los libros, un modo de escapar de la dura realidad en la que la protagonista está inmersa.
La novela está escrita con tono nostálgico y también con humor, lo que deja poco espacio para la amargura a pesar de las dificultades y del horror existente fuera de la casa, que en ocasiones salpica a la familia. Los inocentes es una reivindicación de la lectura como tabla de salvación, así como de la inocencia, elemento que su autora ve como recurso para vivir hasta llegar a afirmar que “el pasado se escribe con tinta simpática”.
