Nueva entrega de Jean-Luc Bannalec; novena novela, que, como las anteriores, se desarrolla en la Bretaña francesa y está protagonizada por Georges Dupin, comisario en la ciudad de Concarneau, del departamento bretón de Finisterre.
Bannalec ha conseguido un gran éxito en Alemania y Francia, con más de cuatro millones de ejemplares vendidos. En su país, Alemania, se han llevado al cine algunas de esas narraciones. Sus obras están muy ambientadas en el mundo bretón, con notables descripciones tanto geográficas y paisajísticas como costumbristas, históricas y ancestrales.
Además, cada una de sus historias se suele desarrollar en torno a actividades que protagonizan la sociología de la comarca en que tiene lugar la acción. En Los crímenes de Saint-Malo es el mundo de la restauración, de los cocineros con estrellas Michelin, de los sabores y aromas que se dan cita en la alta cocina de moda, con sus intrigas y luchas por el protagonismo y el éxito culinario.
Dupin ha acudido a la ciudad de Saint-Malo para participar en un seminario organizado por la escuela de policía, donde se reúnen agentes y prefectos de cuatro departamentos de la Bretaña. La convención cuenta con el estímulo de sus comidas y cenas, que tendrán lugar en restaurantes notables de la localidad y que ofrecerán a los policías refinadas novedades culinarias.
Lo que no estaba en el programa era que el propio Dupin, que curioseaba entre sesión y sesión por el mercado de Saint-Servant, fuese testigo de cómo la exitosa cocinera Blanche Trouin –con una estrella Michelin en su currículum– moría acuchillada por su hermana Lucille, también restauradora y con una rivalidad profesional que les llevaba a la pública enemistad.
De ahí surge una trama acelerada y apasionante de nuevos crímenes e investigaciones, muy bien ambientadla y planteada por el autor, en la que tienen que cooperar varios policías de esos cuatro departamentos bretones para resolver el caso.
Un comentario
Muy entretenido el mundo de la gastronomía bretona.Allí las ostras reinan sobre todo.