Dorothea Dodds es la hermana del hijo pródigo. La hija del artista inmortal. La ayudante doméstica de su familia. La que renunció a todo por llevar las cuentas, los correos, las exposiciones de su padre: pintor reputado e internacional. Dorothea cuida de su propio arte en silencio, bocetando en la soledad grandes piezas que nunca serán tenidas en cuenta por nadie, ni siquiera por su padre, cuyos ojos están puestos en el otro hermano, en el hijo díscolo, rebelde y talentoso que renuncia a permanecer en casa y seguir los pasos que le son impuestos.
Pero ella es una artista. Una mujer a la que se le negó un sitio en la historia para que fuera lo que se esperaba de ella. Asistenta, curadora, secretaria. Incluso ha pasado los cincuenta años, y s…
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