La cuestión del gender tiene el doble mérito de hacer una exposición ordenada de la ideología de género y, en respuesta a ella, proponer una atractiva antropología sexual.
En la primera parte del libro se expone de manera sintética pero suficientemente ilustrativa el nacimiento y desarrollo de la cuestión del género, desde el feminismo inicial que se movilizaba en favor de la igualdad hasta culminar en la actual gender theory, en la que la deconstrucción del cuerpo humano se hermana con la cyborg theory posthumanista.
En la actual teoría de género, el ser humano pasa a ser considerado como completo artífice de la propia identidad sexual, guiado exclusivamente por un “emotivismo psíquico” y un “individualismo libertario”. La gender theory, absolutizando la libertad individual, llega a desdeñar los conceptos mismos de “masculino” y “femenino”, y sueña con la posibilidad de una libre y cambiante identidad, que el individuo podría establecer al margen de su corporalidad y de su relación con los demás.
Tras una referencia a los pronunciamientos magisteriales de la Iglesia católica sobre la noción y la ideología de género, Fumagalli dedica la segunda parte del libro a presentar una visión antropológica de la sexualidad. Para ello recurre –aunque de manera diferenciada– tanto a las enseñanzas bíblicas sobre la sexualidad como a las reflexiones filosóficas sobre ella, especialmente las de corte fenomenológico, personalista y hermenéutico.
La tarea la lleva a cabo el teólogo italiano abordando cinco dimensiones de la sexualidad humana: la interpersonal, la corpórea, la cultural, la temporal y la trascendente. El punto de partida es el carácter relacional de la sexualidad, pues ni el hombre ni la mujer se pueden reconocer como tales sino por la existencia del otro sexo.
Resulta muy oportuna la reivindicación del cuerpo humano presente en este ensayo, frente a los planteamientos dualistas. En línea con el pensamiento fenomenológico, Fumagalli propone una integración entre cuerpo y espíritu. La diferencia sexual, de esta forma, ya no es meramente física, ni tampoco una pura construcción social; se trata de una diferencia que es además espiritual.
Ahora bien, el elemento social y cultural forma parte también de la relación entre el hombre y la mujer. A través del matrimonio y la familia, la pareja y los hijos fortalecen su relación y las partes más débiles en esa relación obtienen protección.
La cuestión del gender, aunque considera pertinente lo que denomina perspectiva de género, ofrece en resumidas cuentas una clarificadora exposición de los fundamentos de la teoría de género y una reflexión antropológica que puede orientar al lector y llevarle a profundizar sobre la condición sexuada del ser humano.