El autor, de una familia de comerciantes judíos, nació en Praga en 1885, aunque escribía en alemán. Estudió y trabajó como periodista en Berlín y vivió en diversas ciudades europeas y también en Estados Unidos y en México, antes de regresar a Praga, donde falleció en 1948.
Este libro, publicado en 1930, que se traduce ahora al castellano, es el diario que Kisch escribió entre el 31 de julio de 1914, cuando es movilizado como reservista y enviado al frente donde el ejército imperial lucha contra Serbia, al desencadenarse la Gran Guerra, y el 21 de marzo de 1915, cuando llega en tren a Praga después de haber sido gravemente herido.
Un relato estremecedor y contundente, escrito con gran precisión y detalle, sobre los lugares donde se producen los enfrentamientos, los movimientos de avance y de retirada, la vida en las trincheras y la de la población civil…; y un testimonio de primera mano sobre una contienda que fue crudelísima, sobre las condiciones en que vivían y morían miles de soldados, sobre la información más o menos sesgada que se ofrecía a través de los partes de guerra y de los comunicados oficiales, y sobre las conductas, heroicas de unos y cobardes e incluso repugnantes de otros, de las que fue testigo, tanto entre los mandos como entre la tropa…
Escrito a veces en condiciones penosísimas, el texto tiene la fuerza de lo vivido en primera línea de combate, gracias también a la buena pluma del autor, que se muestra muy crítico sobre aquellos acontecimientos y describe sin atenuantes las atrocidades y padecimientos que acompañan a todo enfrentamiento bélico. En aquellos meses, Kisch vio morir a muchísimos amigos y compañeros.