La profesora Mary Ann Glendon es bien conocida entre los lectores de Aceprensa, al menos desde que Juan Pablo II la designó en 1995 para presidir la representación de la Santa Sede en la Conferencia de Pekín sobre la mujer. Tuvo también gran eco mediático su renuncia a la máxima distinción de la Universidad de Notre Dame, la Laetare Medal, porque iban a imponérsela en la ceremonia de graduación de 2009, en la que el presidente Barack Obama sería nombrado doctor honoris causa. Con su coherencia manifestó silenciosamente la ligereza de las autoridades académicas de la que es quizás la principal universidad católica de Estados Unidos.
Repasa ahora en su último libro esos momentos y otros decisivos de su vida, en el contexto de su relación especial con los tres últimos papas de la Iglesia católica. Va más allá de lo estrictamente autobiográfico y reúne facetas apasionantes, desde sus orígenes familiares y su formación católica, apoyada por la fe y la lealtad de una madre protestante casada canónicamente con un católico, un ecumenismo práctico que viviría ella misma en su madurez al contraer matrimonio con un judío.
Con franqueza y sencillez, Glendon describe su participación en asuntos de gran interés en la vida de la Iglesia contemporánea, y aporta detalles agudos sobre la distinta personalidad de los tres papas. Vivió los acontecimientos desde dentro –también como presidenta de la Academia Pontificia de Ciencias Sociales–, y además desde fuera, como embajadora de Estados Unidos ante la Santa Sede.
Su estilo terso aporta datos y enfoques esclarecedores sobre asuntos delicados, como la crisis del IOR o las tensiones dentro de la Curia. Sobre todo, ofrece luces positivas sobre la no fácil participación de los laicos en tareas eclesiásticas. Tiene la envidiable capacidad de no maquillar los hechos y no pierde un radical sentido sobrenatural. Al cabo, como resume con amable ironía en la introducción, “fui una laica en una cultura dominada por el clero, una mujer estadounidense en un ambiente mayoritariamente masculino e italiano, y una ciudadana de una república constitucional en una de las últimas monarquías absolutas del mundo”.