Aunque Benedicto XVI es una figura respetada e intelectualmente prestigiosa, desde el comienzo de su pontificado su acción y sus palabras han sido distorsionadas a menudo ante la opinión pública. Rodari y Tornielli, dos experimentados vaticanistas, se han propuesto mostrar de dónde vienen estos ataques, aunque no pretendan acreditar la tesis de un complot organizado.
Para ello analizan una docena de momentos de crisis que han dado lugar a polémicas: desde la cita sobre Mahoma en el discurso de Ratisbona al levantamiento de la excomunión a los obispos lefebvrianos, el escándalo de los abusos sexuales a menores, el caso Maciel o las palabras en África sobre los preservativos y el sida… Sobre cada uno de estos episodios los autores hacen un pormenorizado análisis de los hechos, su presentación a la opinión pública y las reacciones.
A su modo de ver, los ataques contra el Papa provienen de tres frentes. El primero procede de lobbies exteriores a la Iglesia, que quieren desacreditar al papa (fuerzas laicistas, grupos feministas y gays radicales, laboratorios farmacéuticos con intereses contrarios a la ética médica).
El segundo, que acaba funcionando como aliado del primero, lo forman fieles católicos que ven a Benedictino XVI como un dique contra sus ideas de reforma de la Iglesia. Ellos querrían que la Iglesia adoptara cambios en ruptura con la tradición que la hicieran más aceptable para el mundo, y se encuentran con que Benedicto XVI da una idea del Vaticano II en continuidad con la doctrina anterior.
Y el tercer obstáculo sería el “fuego amigo” de colaboradores de la Curia vaticana que no saben ayudar al papa, por su imprudencia o su incompetencia. Los dos vaticanistas subrayan especialmente los problemas de comunicación de la Santa Sede.
Un libro para entender las tensiones del pontificado.