Tras el éxito de Las Bellas Extranjeras y de Nostalgia, Impedimenta publica ahora una obra escrita en 1987 por el rumano Mircea Cărtărescu (Budapest, 1956), una de las grandes voces de la literatura europea actual. En principio, El Levante, cuando se publicó en rumano, consistía en un largo poema narrativo de 7.000 versos que, posteriormente, para facilitar su difusión y las traducciones, el autor transformó en prosa.
Cărtărescu ha cultivado todos los géneros literarios. Comenzó como poeta, y así lo demuestra este libro. Cuando lo escribió, Rumanía era un país comunista, con una férrea censura y sumergido en la literatura realista impuesta por las directrices del gobierno. Cuando escribió El Levante sabía que no se iba a publicar. Por un lado, por su rechazo del realismo socialista; por otro, por la parodia que realiza de algunos clichés de la literatura rumana (la obra está llena de guiños literarios); y también porque la obra es un canto a la libertad creativa y a la imaginación sin fronteras.
Estamos, hay que advertirlo, ante un libro distinto. Inspirándose en la literatura bizantina y oriental, con fuertes reminiscencias de la literatura rumana, Cărtărescu ha construido un artefacto literario que combina la tradición con la renovación posmoderna. El propio autor se inmiscuye en el relato, contando su deprimente situación personal. Cuando lo escribe, en 1987, es profesor de literatura en una escuela de Bucarest; está recién casado, tiene una hija pequeña a la que acuna en la cocina mientras escribe encima de un mantel de hule esta epopeya rebelde y posmoderna. “Yo, Mircea Cărtărescu –escribe en una de las páginas de este libro–, he escrito El Levante en un momento difícil de mi vida, a la edad de treinta y un años, cuando, sin creer ya en la poesía (toda mi vida hasta entonces) ni en la realidad del mundo ni en mi destino en este mundo, he decidido ocupar mi tiempo incubando una ilusión”. Cărtărescu realiza un espectacular derroche de ingenio y de imaginación sin ataduras.
La epopeya cuenta las aventuras, en el siglo XIX, del poeta Manoil, su hermana Zoraida y un disparatado grupo de acompañantes que recorren el Mediterráneo, de Samos a Bucarest, para liberar a los rumanos de los invasores griegos, que cuentan con el apoyo del Gran Turco. Su viaje hacia la rebelión y la libertad lo realizan en barco o en un zepelín, enfrentándose a múltiples batallas y peligros y sobrellevando dificultades, estados de ánimo y encuentros inesperados con ladrones y piratas. El libro, que mezcla la prosa con el verso, combina como en un bazar oriental ingredientes muy diversos, desde la literatura clásica y bizantina hasta la literatura más contemporánea, con referencias a las tradiciones rumanas y hasta a la cultura pop. Además, el autor comparte el destino de sus personajes, entregados a una misma idealista revolución.
Aunque a veces no resulta fácil seguir el hilo de las aventuras, y aunque muchas referencias culturales, lejanas para el lector español, puedan asfixiar la lectura, como escribe Carlos Pardo en el prólogo, El Levante es “una fastuosa novela de aventuras que bebe de las leyendas de la infancia”.