El hombre nuevo

El hombre nuevo

EDITORIAL

TÍTULO ORIGINALDemascarea

CIUDAD Y AÑO DE EDICIÓNMadrid (2024)

Nº PÁGINAS248 págs.

PRECIO PAPEL22,50 €

TRADUCCIÓN

GÉNERO

Continúan rescatándose testimonios de la represión que padecieron muchos ciudadanos en los países comunistas, condenados a campos de trabajo y a presidios en los que se les sometió a castigos, vejaciones y arbitrariedades que cuesta hoy día asimilar. A los testimonios más conocidos de Alexander Solzhenitsyn, Varlam Shalamov y Evgenia Ginzburg, los tres prisioneros en el gulag soviético, se pueden sumar los de otros autores de países tras el Telón de Acero que vivieron experiencias similares. Para ver el alcance de la represión organizada en tantas naciones puede consultarse el monumental libro Escritores y artistas bajo el comunismo, de Manuel Florentín.

El común denominador de todas estas narraciones, que describen situaciones límite, es el desprecio por la condición humana, el odio visceral contra los considerados enemigos del sistema y la utilización partidista y maquiavélica de la justicia. Además, como denuncia el historiador rumano Marius Oprea en el prólogo, “lo que Grigore Dumitrescu describe en sus páginas no es un accidente histórico, sino la verdadera naturaleza, brutal y criminal, del comunismo”.

El hombre nuevo es una vuelta de tuerca a este género de los libros testimoniales, pues cuenta la experiencia personal del autor, un joven estudiante de Derecho que fue detenido por no denunciar a su hermano ante la Securitate y condenado a dos años de prisión (que se convirtieron en unos cuantos más). Dumitrescu pasó una larga temporada en el presidio de Juleva, el mayor centro penitenciario de Rumanía, hasta que fue destinado al de Pitesti, tristemente famoso por la violencia de los métodos que allí se empleaban para la autocrítica y la reeducación.

Meses después, Dumitrescu fue trasladado al Canal Danubio-Mar Negro, en el que estaban trabajando miles de condenados. Por fin, en 1978, consiguió escaparse del país. Vivió en Alemania hasta su muerte.

En la cárcel de Pitesti las autoridades comunistas decidieron realizar un experimento. Serían los propios condenados los que forzarían al resto de presos a confesar sus errores ideológicos y a delatar a otros posibles culpables. Para ello, estos presos arrepentidos utilizaron de manera gratuita la violencia, con frecuentes palizas y castigos corporales que debilitaron las escasas resistencias que ya tenían los reclusos en esas circunstancias, sometidos de antemano a un régimen de hambre y de terror.

En Rumanía, como en otros países comunistas, la represión contra los considerados enemigos del comunismo fue metódica y muy amplia. En la actualidad, como se cuenta en La tortura del silencio, de Guido Barella, una de las cárceles de aquellos años, la de Sighet, se ha convertido en la sede del Memorial de las Víctimas del Comunismo y de la Resistencia, una iniciativa promovida por Ana Blandiana, Premio Princesa de Asturias de las Letras 2024, y por Marius Oprea, a quien se entrevista en el libro de Barella y que es autor del brillante prólogo de El hombre nuevo, obra que se suma a la larga lista de testimonios de unos sucesos que, aún hoy, algunos, por motivos ideológicos, justifican y siguen sin condenar.

Leyendo este estremecedor libro, necesario para conocer la auténtica memoria histórica de aquellos años, se comprueba cómo, por desgracia, no todas las víctimas han sido ni reconocidas ni tratadas con la misma dignidad. Como escribe Oprea, “estamos ante una confesión que presta oídos a la voz de las víctimas”.

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