Después de la buena acogida de Santander 1936, sobre un episodio de la guerra civil que afectó a su familia, vuelve Álvaro Pombo (Santander, 1939) a las librerías con una novela ambientada en Madrid en la época actual. Una historia compleja sobre el encuentro, en parte casual, de los cuatro protagonistas, y sus consecuencias.
Juan Cabrera colgó los hábitos por razones confusas cuando llevaba más de treinta años en un monasterio benedictino. Vive solo en un apartamento del barrio madrileño de Argüelles, casi tan enclaustrado como en el monasterio. Lee mucho sobre filosofía y teología y llena hojas y más hojas con sus disquisiciones, entre la duda y la creencia, sobre Dios, la Iglesia…
La visita de su sobrino Jaime, estudiante de Derecho, cambiará las cosas, porque lo pondrá en relación con Antón Rubial, profesor de Filosofía del Derecho, al que Jaime admira, y que, muchos años atrás, había sido expulsado del noviciado benedictino junto con otros dos candidatos por una conducta que a Cabrera, que era el formador, entonces le pareció impropia. El cuarto protagonista es Petri Gillard, una chica de pueblo que había conocido a Rubial en uno de los locales que frecuentaba y acabó casándose con él. El maltrato psicológico que sufre la lleva a abandonar el hogar y a buscar el amparo de Jaime y de su tío.
Escrita en tercera persona, el autor se permite a menudo intervenir, para dar su opinión o para interpelar al lector sobre lo que se está narrando. A través de Cabrera, se nota la formación filosófica de Pombo, con abundantes referencias al pensamiento de Sartre, entre otros. La trama, sobre las relaciones entre los protagonistas, está bien dosificada y la tensión se mantiene hasta el final.
Cabrera es una figura desubicada, solitaria, que descubre tarde la importancia de las relaciones con los demás, pero no sabe muy bien cómo actuar, a pesar de sus buenas intenciones. Jaime es bastante inmaduro, cambia con frecuencia de opinión tanto sobre su tío como acerca de su maestro y se sume en el desconcierto. En Petri hay bastante ingenuidad, pero su conducta irreflexiva lo complica todo. Y Antón Rubial es un personaje perverso, inteligente, vanidoso, cínico, manipulador y vengativo, que produce rechazo. Novela original por el planteamiento, el modo de narrar y porque trata temas menos frecuentes en el panorama actual.