No fue Dante quien incluyó en el título de su Comedia el adjetivo “divina”, sino Boccaccio, uno de los forjadores del humanismo y el que, de algún modo, contribuyó a que aquel periplo por las regiones del más allá ocupara un lugar destacado en el canon literario occidental. Ahora resulta superfluo hablar de los méritos de la Divina Comedia o de su belleza, pero solo otro poeta pudo haber conseguido que, unos lustros después de su muerte, Dante se convirtiera en un escritor tan laureado e imprescindible.
Muchos consideran esta breve glosa como una de las primeras incursiones en la vida de Dante. Aunque el propio Boccaccio incluye alguna debilidad o miseria, es tanta su estima por el florentino, que pasa de puntillas por sus defectos. Es un e…
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