Auge y progreso de las universidades

Auge y progreso de las universidades

EDITORIAL

TÍTULO ORIGINALThe Rise and Progress of Universities

CIUDAD Y AÑO DE EDICIÓNMadrid (2024)

Nº PÁGINAS296 págs.

PRECIO PAPEL22 €

PRECIO DIGITAL9,99 €

GÉNERO

Algunos piensan que la crisis más reciente de las universidades comienza con los nuevos planes de estudio o incluso después: con la llegada a los campus norteamericanos de las noticias trágicas de Oriente Medio y las acampadas propalestinas. Pero estos hechos son más bien la punta de un iceberg que se viene agrandando desde los sesenta. Es en ese momento cuando tanto en Estados Unidos como en Europa la universidad corta los hilos que la unían con los frondosos claustros de París, Oxford o Salamanca y se convierte en un lugar donde empaparse de radicalismo.

De los barros del sesenta y ocho vienen, pues, esas oleadas de fango que dejan hoy sepultado el conocimiento bajo capas y capas de política insana, doctrinas extremistas y burocracia asfixiante. Desde la estepa intelectual de nuestras aulas –acondicionadas, eso sí–, hay que dar la bienvenida a este libro, lleno de ideas y bastante directo, escrito por uno de los pensadores que con más sabiduría han reflexionado sobre los centros de enseñanza universitaria.

John Henry Newman fue cardenal y santo, y también un exquisito teórico de la educación superior, como demuestra su Idea de la universidad, un nada efímero ensayo que complementa a este que ve la luz por primera vez en español. Como dicen los editores, no aborda aquí específicamente los estudios, sino el ser de la universidad, partiendo de la voluntad eclesiástica de fundar un centro académico católico en Irlanda.

En una serie de artículos y con un estilo cercano, desenfadado en ocasiones, el cardenal destaca que la universidad es, ante todo, una comunidad, en la que se genera y difunde cultura. De ahí que sea más importante la protección de una camaradería sana y enriquecedora que las competencias, las infraestructuras o las innovaciones docentes.

No desconoce tampoco que la universidad, como todo lo humano, está sometida a cambios y vaivenes. Pero se colige que hay aspectos innegociables, por ejemplo, la convivencia entre alumnos y profesores, la imbricación necesaria entre enseñanza e investigación, el respeto por la cultura y la educación de la sensibilidad. Esto sería suficiente para distinguir lo que es una universidad auténtica de las fábricas que expenden títulos. Hay que insistir en esa idea de que la universidad es un lugar que congrega a personas de partes dispares y que los colegios mayores son indispensables porque cumplen con la función de educar el carácter.

Saber y valores son, en definitiva, los bienes que fructifican en esa simbiosis revolucionaria que es la universidad y cuya protección debería ser hoy nuestra principal urgencia.

Contenido exclusivo para suscriptores de Aceprensa

Estás intentando acceder a una funcionalidad premium.

Si ya eres suscriptor conéctate a tu cuenta. Si aún no lo eres, disfruta de esta y otras ventajas suscribiéndote a Aceprensa.

Funcionalidad exclusiva para suscriptores de Aceprensa

Estás intentando acceder a una funcionalidad premium.

Si ya eres suscriptor conéctate a tu cuenta para poder comentar. Si aún no lo eres, disfruta de esta y otras ventajas suscribiéndote a Aceprensa.