1913. Un año hace cien años

Salamandra.

Barcelona (2013).

320 págs.

19 €.

Traducción: María José Díez y Paula Aguiriano.

TÍTULO ORIGINAL1913. Der Sommer des Jahrhunderts

GÉNERO,


Una versión de esta reseña fue publicada en el servicio impreso 67/13

Socio de la casa de subastas de Berlín Villa Grisebach y director del suplemento literario de Die Zeit, el historiador y periodista Florian Illies (1971) busca en este original libro captar el ambiente artístico centroeuropeo en un momento crucial para la historia de Europa, 1913, justo un año antes de la Primera Guerra Mundial, que supuso la agonía y la devastación del mundo decimonónico.

Illies selecciona a un grupo de artistas, escritores, intelectuales y a través de anécdotas, citas, apuntes, fragmentos de diarios, de artículos periodísticos… relacionados con sus vidas, describe de manera cronológica las vicisitudes y vivencias de 1913. Con todas ellas, consigue atrapar el clima artístico y moral de una bulliciosa generación que puso patas arriba el arte, la cultura y la sociología.

En nombre de la modernidad, se alimentaron novedosas formas artísticas que tuvieron también su incidencia en los modos de vida, pues el artista no solamente lo era por sus creaciones artísticas sino también por la relación con su propia vida. Con el arte, con la moda y con la vida se escenificó el combate entre la tradición y la modernidad. Si a los representantes de la tradición les costaba entender y asimilar los drásticos cambios conceptuales que traía consigo la modernidad, los modernos viven obsesionados por la sorpresa y la pirueta novedosa, a veces insustancial, epidérmica y sin miedo al ridículo, sometidos a la constante tentación de epatar a una burguesía que empieza a notar cómo a su alrededor se resquebraja su sólido mundo artístico, político y moral.

Entre los personajes que aparecen en estas páginas, unos de manera más constante y otros como simples referencias anecdóticas, se encuentran Hitler y Stalin cuando todavía no eran conocidos (Hitler se dedicaba a pintar sencillos cuadros costumbristas). Freud vive con pasión nerviosa su enfrentamiento con Jung, quien se ha atrevido a cuestionar algunas de sus teorías psicoanalíticas. Rilke viaja constantemente acompañado de sus numerosas protectoras. Alma Mahler y Oskar Kokoschka protagonizan una apasionada y convulsa relación sentimental que el pintor, obsesionado con Alma, traslada a sus creaciones. Thomas Mann, en medio de una crisis personal, planea nuevas obras literarias. Marchel Duchamp se convierte, con Picasso, en el estandarte de un tipo de arte imaginativo que rompe definitivamente con la tradición figurativa. Los futuristas lanzan sus alocadas proclamas contra el realismo. Kafka no consigue estabilizar su relación con Felice por culpa de su depresiva neurastenia… Y mientras tanto, Spengler escribe La decadencia de Occidente, ensayo sobre la agonía de un mundo en proceso de descomposición, sensación a la que contribuye el naufragio del Titanic en 1912.

Otros muchos personajes salen a escena, como Jünger, Virginia Woolf, Karl Kraus, Musil y Proust, además de algunas anécdotas históricas, como la recuperación en Florencia de la Mona Lisa tras su sonado robo en París. El autor ha escogido como principal escenario Viena y otras ciudades del imperio austrohúngaro y Prusia; en menor medida también aparecen París, Londres y otras capitales europeas.

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