El Paseo del Arte de Madrid se enriquece con la importante exposición Setenta grandes maestros de la Colección Pérez Simón, visitable en el Palacio de Cibeles hasta el 12 de enero de 2025. Es como un anticipo del futuro establecimiento definitivo de parte de sus obras en el Centro de Arte Serrería Belga, de la capital española.
La experiencia de poder dialogar y convivir con obras de arte y autores en un recorrido de cinco siglos, gracias a la labor del coleccionista hispanomexicano Juan Antonio Pérez Simón, es una oportunidad única. Según el propio Pérez Simón, “el germen de la Colección se remonta al año 1964, cuando realicé un viaje a Europa que definió mi vínculo intenso e indisoluble con las artes plásticas y me dio norma para su goce”. Compuesta de más de 4.000 pinturas, esculturas, dibujos, manuscritos y obras decorativas, junto a una completísima biblioteca, se encuentra entre las más valoradas del mundo.
Maestros antiguos y primeros modernos
La muestra se compone de obras seleccionadas después de un proceso y un traslado complejos, a cargo de los curadores Graciela Téllez, Susana Martínez-Garrido y Roberto Fernández. Se inicia con los maestros antiguos, magníficamente representados por pinturas de la talla de Caridad, de Lucas Cranach el Viejo (1537) o el Retrato de Eleonora de Toledo, gran duquesa de Toscana de Bronzino (1556). Estas obras conviven con otras de autores españoles como Juan Pantoja de la Cruz, con su Retrato de Felipe II (1606-08) e incluso novohispanos como Manuel de Arellano con la pintura de gran formato de Nuestra Señora de Guadalupe (1690-1695).
Los primeros modernos, por su parte, tienen su representación con importantes obras de Pieter Brueghel el Joven, como San Juan Bautista predicando en el desierto (sin fecha); Peter Paul Rubens, con La Virgen sosteniendo el rosario con el Niño de pie bendiciendo (1610-1615), junto a una pequeña pero excelente Cabeza de Cristo, de El Greco (1600).
Siendo el barroco el arte de la llamada “primera globalización” que continúa con el rococó y reacciona con el arte neoclásico para regresar al sentimiento romántico, la colección Pérez Simón reúne también obras flamencas, italianas, españolas y británicas de autores que tendrán conexiones en los temas, en la pincelada y sobre todo en su calidad pictórica: Murillo (San Juan Bautista adolescente, 1660-1665), Van Dyck (Retrato del príncipe Carlos Luis, 1637), junto a dos italianos de la categoría de Canaletto (El Palacio Ducal, Venecia: La Escalinata de los Gigantes vista desde el Arco Foscari, 1751) o Tiepolo, con un Estudio de cabeza de un hombre barbudo, portando un sombrero verde con broche (1757), para dar paso a dos británicos que se sienten herederos de la pintura suave y de atmósfera de Murillo: Reynolds, con el Retrato de María, condesa Waldegrave (1765-65), y Gainsborough, con su óleo sobre tela Un viejo campesino con burro en un paisaje boscoso (1754). Un retrato de Doña María Teresa de Villabriga y Rozas (1783) de Goya –una de las primeras pinturas adquiridas por Pérez Simón– cierra este primer ámbito expositivo que da idea de la calidad de la totalidad de las obras que componen la colección y de la cual estamos viendo un “aperitivo”.
Siglo XIX
Francia, Gran Bretaña y Países Bajos son los sitios de procedencia de los maestros pintores de este segundo ámbito expositivo, en el que destaca la importante colección de obras de arte victoriano que no han sido vistas antes en Madrid. Grandes artistas como Turner, con una acuarela y lápiz sobre papel (Vista de Colonia desde el rio Rin, 1817), Callcott (Vista de la Gran Iglesia, Rotterdam, sin fecha), pasando por artistas que subrayan la belleza de la mujer inspirados en relatos mitológicos y en la fascinación por lo griego, como Rosetti (Venus Verticordia, 1867-68), Poynter (Andrómeda, 1869), Millais (La coronación del amor, 1875), Waterhouse (La bola de cristal, 1902) y Moreau (Jason y Eros, 1890-91), entre otros.
El feliz hallazgo dentro de esta selección de obras de Van Gogh (Mujer sentada frente a una puerta abierta pelando patatas, 1885), Cézanne (Escena legendaria o Sancho en el agua, 1878), Pissarro (La forrajera, 1884), y otras más, demuestra la gran presencia de los movimientos expresionista, simbólico e impresionista en la colección.
Dialogando con otras obras de finales del siglo XIX y principios del XX, la representación española se abre paso con artistas como Zuloaga (Retrato de la Sra. Corcuera, 1918), Romero de Torres (Retrato de una dama, sin fecha), Sorolla (Playa de Valencia, sol de mañana, 1901), y el magnífico Anglada Camarasa (Feria de Valencia, 1907), que logra atrapar nuestra atención con su pintura de manchas de color, y que influiría también en el joven Picasso.
De las vanguardias al arte actual
En este último ámbito expositivo vamos a poder disfrutar de obras patrimonio nacional de México, que se han podido trasladar a Madrid en esta ocasión con permisos temporales de exposición solicitados al Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), son de autores como Diego Rivera (Acueducto, 1918) o Frida Kahlo (Niña tehuana. Lucha María, 1942), en conversación con una rotunda obra de Munch (Studenterlunden, Noche de verano, 1899), Braque (La mujer con pincel, 1939) y Picasso (Naturaleza muerta con paloma, 1919).
Conviven en el tramo final de esta exposición obras relevantes, como un óleo de Magritte (Ejercicios espirituales, 1936), el impresionante lienzo de Dalí La ascensión de Cristo. Piedad (1958), y un Rothko, óleo sobre papel acuarela: ST (1959).
Gran Vía, 1 de agosto 7:30 h (2010-15), de Antonio López, es el guiño a Madrid que cierra esta primera muestra de las obras de Pérez Simón, una antesala de lo que podremos ver, gracias a su generosidad, en la capital de España.
El legado del coleccionista
Como es habitual en los coleccionistas internacionales de prestigio, la presencia de la Colección Pérez Simón se realiza a través de préstamos a museos e instituciones en las grandes capitales mundiales del arte: Londres, Roma, París, Roma, Milán, Madrid, Berlín, Viena, Tokio y Beijing.
A esto se suman las exposiciones internacionales itinerantes más recientes, que muestran los conjuntos de obras más representativas y que se acomodan a las narrativas que proponen los curadores, entre ellas Modern Masters: From Corot to Kandinsky (2000-03), desarrollada en ocho museos de universidades en Estados Unidos, o A Victorian Obsession: The Pérez Simon Collection, en el Leighton House Museum de Londres (2014-15), y también Modern Masters from Latin America: The Pérez Simon Collection, en el San Diego Museum of Art (2017-2018), entre otras.
María Molina León
Directora Museo Mutel (Grupo VIVARO)