La versión cinematográfica de Wicked traslada a la gran pantalla uno de los musicales más exitosos de Broadway. Basada en la novela de Gregory Maguire, la historia nos lleva a los orígenes de Elphaba Thropp, la joven destinada a convertirse en la Bruja Malvada del Oeste. La película arranca con su trágico final –muerta debido al contacto con el agua arrojada por Dorothy, como recordamos en El mago de Oz–, y nos embarca en un largo flashback lleno de amistad, tensiones y secretos escondidos en el mundo de Oz.
Dirigida por Jon M. Chu, la película es espectacular desde el punto de vista visual pero esta primera entrega, de más de dos horas y media, adolece de un ritmo desigual, que se hace especialmente lento al comienzo. El viaje hasta el clímax, marcado por la apoteósica canción Defying Gravity que consigue generar expectativas, se hace costoso. Por otro lado, los personajes, excepto Elphaba –gran trabajo de Cynthia Erivo–, son muy planos y, a veces, tan insulsos, que crean rechazo.
Wicked gustará a los fans de este musical y es una apuesta segura para el público fiel, pero podría haber llegado más lejos. Veremos si la segunda parte consigue dar más en el clavo.
Jaume Figa Vaello
@jaumefv