Warfare: Tiempo de guerra
7/10Valoración

Warfare: Tiempo de guerra

GÉNEROS

PÚBLICOJóvenes

contenidos

Ritmo : ⚪⚪⚪
Lenguaje Soez: ⚪⚫⚫
Violencia: ⚪⚪⚪

ESTRENO16/04/2025

Ray Mendoza tenía diecisiete años en 1997, cuando comenzó a servir en la Marina de Estados Unidos dentro de su unidad de élite: los SEAL. Durante 16 años combatió en varias guerras, pero la que más le marcó fue la de Irak. Desde hace años, Mendoza se ha convertido en uno de los principales asesores militares de Hollywood a través de su empresa WarOffice. Así, durante el intenso rodaje de Civil War, se hizo muy amigo de su director, el londinense Alex Garland, que ya había triunfado con Ex Machina, Aniquilación y Men. Ahora, ambos han escrito y dirigido Warfare, un espeluznante drama bélico, que recrea la experiencia más traumática que vivió Mendoza.

La acción transcurre en Ramadi, una pequeña ciudad de Irak a 110 kilómetros al oeste de Bagdad. Durante una patrulla rutinaria, un pelotón de los Navy SEAL ocupa sigilosamente una vivienda donde viven dos familias de civiles. Al día siguiente, mientras vigilan los alrededores, son detectados por los insurgentes, que los atacan a sangre y fuego. Enseguida piden apoyo aéreo y rescate, pero las cosas se complican hasta la desesperación.

Hacía mucho tiempo que una película no mostraba con tal verismo y brutalidad los horrores de una guerra y los destrozos que provoca en los cuerpos y las almas de los combatientes, y de los pobres civiles que se crucen en su camino. Con un derroche de producción y siempre cámara en mano, Garland y Mendoza logran plenamente su objetivo de introducir al espectador dentro de la acción bélica, sin darle respiro en ningún momento y sin hacer concesiones a un heroísmo peliculero. Seguramente, ambos han tenido en la cabeza otra película similar, Black Hawk derribado, de Ridley Scott, también inmersiva y agobiante, y poco complaciente con el intervencionismo bélico de la política exterior estadounidense. El plano final de esta película es toda una declaración de principios.

Como era de prever, el hiperrealismo del filme –narrado con unidad de tiempo y acción, y mRay Mendozauy bien fotografiado y montado– depara momentos de gran tensión dramática y alguna que otra sanguinolencia gore, no aptas para todas las sensibilidades. Porque, además, todos los actores –no hay una sola mujer entre los SEAL– viven a fondo sus personajes y desarrollan con gran vigor sus variadas reacciones. De modo que no hace falta banda sonora para generar emociones. Basta con contemplar el infierno en silencio.

Jerónimo José Martín
@Jerojose2002

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