El realizador danés Nikolaj Arcel cuenta una historia real: en 1766 Carolina de Hannover, princesa británica, se casa con el rey Cristian de Dinamarca, monarca infantilizado, demente y libertino. Su existencia se anima con la llegada del nuevo médico personal del rey, el doctor Johann Struensee, hombre de ideas avanzadas, que impulsa a Cristian a realizar reformas dignas de un monarca ilustrado.

Un asunto real cuenta varias historias. La menos interesante es la relación entre la reina y el médico; tiene más fuerza el empeño de esta pareja por utilizar su poder sobre el rey para realizar unas reformas necesarias; hay además una formidable intriga política en medio de la cual los dos reformadores parecen tener poco futuro, y que el director aprovecha para escribir una fábula política de alcance universal.

La cinta es tópica al proponer una Ilustración sin faltas ni errores ante una nobleza obtusa, hipócrita y esclavista; pero la aventura de Struensee es real y no debió de ser muy diferente de lo que cuentan aquí.

La puesta en escena es admirable y los equipos de fotografía, vestuario, maquillaje y arte dan a esta cinta el empaque de una superproducción. Mikkel Boe Følsgaard, actor desconocido, ofrece un recital en la piel del rey Cristian; Alicia Vikander es luminosa en su papel de reina; mientras que el veterano Mads Mikkelsen hace un magnífico retrato del ilustrado doctor Struensee.

Completa la imagen de época una excelente banda sonora.

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