Basada en hechos reales, The Alto Knights relata el enfrentamiento entre dos de los jefes más célebres –y temidos– del crimen organizado en Nueva York: Frank Costello y Vito Genovese. La trama se centra en su feroz competencia por convertirse en el capo dei capi, el sucesor de Lucky Luciano, quien, tras fundar el “sindicato del crimen”, fue deportado a Italia en 1946. Si bien la película abarca varias décadas, el núcleo de la trama se desarrolla en 1957, año crucial para la historia de la mafia neoyorquina y estadounidense.
El guion es obra de Nicholas Pileggi (Uno de los nuestros, Casino), mientras que la dirección corre a cargo del veterano Barry Levinson (Good Morning, Vietnam; Rain Man; Sleepers; Dopesick: Historia de una adición). Robert De Niro interpreta a ambos protagonistas. Aunque el maquillaje no resulta del todo convincente, el actor logra plasmar con credibilidad las distintas personalidades de Costello y Genovese.
Entre los recursos narrativos sobresale la fusión de escenas documentales ficticias con material de archivo histórico, evocando la atmósfera nostálgica de El Padrino II. Esta técnica visual ilustra la juventud de ambos mafiosos y profundiza en el drama humano que subyace bajo los ajustes de cuentas y asesinatos en The Alto Knights: la historia de dos amigos de la infancia que se iniciaron juntos en el mundo del crimen, pero que se convirtieron en enemigos irreconciliables.
En este oscuro universo criminal, la interpretación de Debra Messing como Bobbie Costello aporta humanidad: su matizado retrato de la esposa de Frank trasciende el estereotipo de la consorte mafiosa sumisa.