Para huir del estrés, la contaminación y las aglomeraciones un joven matrimonio parisino con dos niños pequeños decide irse a vivir al campo. Encuentran una idílica casa en medio del bosque… que resulta ser un coto de caza.
Esta comedia francesa ha conseguido una sorprendente taquilla en su país. El planteamiento es muy simple -casi simplón, en algunos momentos-, pero funciona la amable crítica al esnobismo urbanita, el slapstick (o comedia física), con las embestidas de los animales, y la ridiculización en la que se cae cuando se juzga al de enfrente a partir de los prejuicios.