A diferencia de la novela homónima de Kazuo Ishiguro en la que se inspira (cfr. Aceprensa, 9-11-2005), Nunca me abandones da la clave en la primera escena. Kathy (Carey Mulligan, An Education), la protagonista, revela quién es y qué es; pero lo hace con tal sutileza que casi lo has olvidado cuando comienza el largo flash-back, su historia y la de sus dos amigos Tommy y Ruth. Ellos crecieron juntos en Hailsham, un internado para niños muy especiales. Todo parece idílico aunque siempre aparezca un elemento distorsionado, algo inquietante. Un día cualquiera, una profesora no puede más, y les dice la verdad: sois donantes, habéis sido creados para dar vuestros órganos a otros. Ellos aceptan su destino, algunos querrían un poco de tiempo para amar.

Mark Romanek ha realizado una gran película, a la altura de una gran novela; cuenta con un guión inteligentísimo, una fotografía impecable y una interpretación de lujo; es una obra conmovedora pero deprimente. Creo que Romanek ha captado las esencias de Ishiguro: revelar poco, convertir al espectador/lector en un observador implicado que va sacando grandes conclusiones a partir de detalles, y muy especialmente, contar con amor. La historia es simple: tres amigos crecen juntos; Tom y Kathy se enamoran, pero Ruth se mete por medio… Esas son sus preocupaciones, no su muerte próxima, y en esa historia todos vemos lo que la sociedad se niega a ver: Tom, Kathy y Ruth son seres humanos, no simples trozos de carne que los médicos toman cuando lo necesitan para un paciente.

No hay ciencia ficción, aunque tenga mucho que ver con la extraordinaria novela futurista Clones, de Michael Marshall Smith. Se trata de humanidad y de una sociedad en la que triunfa el utilitarismo; se trata de empatía y de amor, y al final queda una sensación de tristeza infinita y de haber visto algo muy hermoso, aunque duela.

Contenido exclusivo para suscriptores de Aceprensa

Estás intentando acceder a una funcionalidad premium.

Si ya eres suscriptor conéctate a tu cuenta. Si aún no lo eres, disfruta de esta y otras ventajas suscribiéndote a Aceprensa.

Funcionalidad exclusiva para suscriptores de Aceprensa

Estás intentando acceder a una funcionalidad premium.

Si ya eres suscriptor conéctate a tu cuenta para poder comentar. Si aún no lo eres, disfruta de esta y otras ventajas suscribiéndote a Aceprensa.