Carlos es un consultor a punto de convertirse en socio de su empresa. La vida parece sonreírle…, pero su mujer amenaza con dejarle porque no soporta que su marido no les preste atención ni a ella ni al resto de la familia.
Santiago Requejo escribe y dirige una comedia dramática sobre un tema de máxima actualidad: la adicción al móvil. Aunque, a priori, tanto el tema como el formato –tv-movie– podrían desmotivar a algunos espectadores, hay que reconocer que Requejo ha pergeñado un producto notable. Porque tv-movies –como todo en esta vida– hay buenas y malas. Y ésta funciona.
En primer lugar, porque aborda una temática muy reconocible: es muy fácil que el espectador se identifique tanto con el ejecutivo dopado de notificaciones como con la mujer harta de que su marido no despegue la vista de la pantalla. En segundo lugar, porque la pareja protagonista resulta convincente y la galería de secundarios –con ese hilarante grupo de terapia– acompaña bien una historia que, si se centrara solo en el conflicto matrimonial, resultaría pesada. Y, en tercer lugar, aunque no se hubiera echado de menos algo menos de metraje, la cinta arranca y cierra muy bien.
Quizás haya quien subraye el exceso de didactismo en el tema de la adicción, o de afectación en la trama romántica, pero son fallos menores en una comedia que divierte, emociona y hace pensar. Con otras palabras: una tv-movie sumamente eficaz.
