7/10Valoración

María Montessori

TÍTULO ORIGINAL Maria Montessori

PRODUCCIÓN Francia (2023)

DURACIÓN 100 min.

DIRECCIÓN

GÉNEROS,

PÚBLICOJóvenes-adultos

Esta opera prima de Léa Todorov nos lleva a la Roma de 1900, donde encontramos una médico de treinta años llamada Maria Montessori (Jasmine Trinca). Ella es una mujer soltera que está al frente de una escuela pública de ortofonía para niños con deficiencias mentales. Trabaja mano a mano con Giuseppe Montesano (Raffaele Esposito), otro médico que, además, es pareja de Montessori, con la que ha tenido un hijo con ciertas discapacidades mentales, Mario. Maria protagoniza la trama principal, que se entrelaza con otra trama igual de interesante, o más. Es la que corresponde a Lili d´Alengy (Leïla Bekhti), una cortesana francesa muy conocida entre las élites parisinas. Ella también tiene una hija deficiente, Tina (Rafaëlle Sonneville-Caby), a la que ha mantenido lejos y en secreto y que ha estado bajo el cuidado de la abuela, en el campo. Ambas tramas van hilando una interesante reflexión sobre la maternidad y la educación. Las dos son madres solteras que han vivido de espaldas a sus hijos, y ambas van descubriendo la riqueza personal que supone asumir en primera persona el vínculo con sus hijos. Lili y Maria van a seguir sendas diferentes, y Montessori va a darse cuenta que la esencia de su método pedagógico es la maternidad: para educar es necesario “convertirse” en madre del educando, hay que poner el amor en los cimientos de cualquier proyecto educativo.

La película no es un biopic al uso que cuenta la vida de la famosa pedagoga. Es más bien lo que afirma la publicidad del film, “una mirada” sobre María Montessori. Una mirada muy particular y que se centra en un periodo corto de la vida de esta mujer, prestando atención a aspectos muy concretos de su vida. Y lo hace con una puesta en escena muy clásica, vestida con una buena producción de época en decorados y vestuario, y coronada con la correcta partitura de Mel Bonis.

La trama de Lili es casi la mejor del film, y en muchos momentos eclipsa la de la propia Maria Montessori. La película está atravesada de un feminismo de moda que convierte en antagonistas a muchos varones del film. También se echa de menos un mayor contexto vital a la hora de presentar a la protagonista, de la que nos oculta su profundo catolicismo, y de cuyas motivaciones existenciales y vocacionales se nos cuenta realmente poco. Aun así, el tono de la película es positivo y luminoso, sobre todo gracias a todo lo que vemos que hacen con los niños.

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