D.J. Caruso es un director modesto conocido, sobre todo, por algunos títulos de acción (Disturbia, La conspiración del pánico, Vidas ajenas). Es además católico y estaba decidido a contar la historia de la Virgen María, concretamente sus primeros años: su infancia, su adolescencia y su maternidad. María acaba con la presentación del Niño Jesús en el templo.
“Quería inspirar, en particular a los espectadores más jóvenes. Quería que pensaran: María podría ser mi amiga. Mucho de lo que vivió es contemporáneo. Es la madre icónica, guapa y santa a la que todos veneramos, pero al mismo tiempo, también era una mujer joven como yo; tuvo que tomar estas decisiones y tuvo que pasar por dificultades. Quería hacerla humana y cercana para que la gente la aceptara y la quisiera”. Estas declaraciones de Caruso resumen bien el espíritu de la película, que es una cinta de acción y aventuras dirigida a un público joven, protagonizada por unos personajes con carisma y que aborda un argumento universal.
Con otras palabras, hay un director con la noble intención de fomentar la devoción y con el interés de conectar con un público que consume compulsivamente series. Y hay una historia tan conocida por los cristianos, que no hay un especial interés en pegarse a la literalidad del Evangelio. De hecho, el texto en el que se inspira libremente el guion no es tanto la Biblia como el Protoevangelio de Santiago, un evangelio apócrifo que se centra en la infancia y juventud de la Virgen María. Eso no significa que haya nada especialmente heterodoxo. Sorprende algún pasaje, como el parto de la Virgen, pero se percibe el esfuerzo del director y del guionista por ser fieles a la tradición. Trabajaron el libreto con clérigos y teólogos católicos, protestantes, judíos y musulmanes. Eso no es obstáculo para que, en la línea de The Chosen, haya pasajes absolutamente inventados que pueden romper la iconografía clásica –esa huida entre las llamas de María y José a lomos de caballo– pero, al mismo tiempo, pueden resultar atractivos a los espectadores más jóvenes.
En el capítulo interpretativo, Caruso ha contado con dos jovencísimos actores israelíes casi desconocidos para dar vida a María y José. Se nota el esfuerzo de dotar a los personajes de carisma y de fuerza. El director ha manifestado también el deseo de dar protagonismo a San José que aparece como un joven atractivo, valiente, enamoradísimo de María… y un poco violento.
Lo de la violencia es uno de los hándicaps de la película. Caruso no niega haberse inspirado en La Pasión de Mel Gibson, y hay pasajes muy crudos y explícitos, casi todos relacionados con la figura de Herodes, un personaje deleznable y cruel interpretado por Antony Hopkins. La violencia de estos pasajes hace que la película no sea apropiada para un público infantil.
La producción, localizaciones y la banda sonora están muy cuidadas.
Con sus limitaciones, María es un producto solvente. Un acercamiento sincero y respetuoso a una figura que, a pesar de su importancia, pocas veces es protagonista.
Ana Sánchez de la Nieta
@AnaSanchezNieta