Inglaterra, 1544. Mientras el rey Enrique VIII lidera una campaña militar en Francia, ejerce de regente su sexta esposa: Catalina Parr. Es una mujer de fuerte personalidad, que se ha convertido en una especie de madre para los hijos de las anteriores esposas del monarca –todas ellas ejecutadas o desterradas–, y que visita en secreto a la predicadora protestante y revolucionaria Anne Askew, perseguida como hereje por la jerarquía anglicana. El rey regresa por fin gravemente herido en la pierna, llamativamente obeso y más déspota, inestable e irascible que nunca, de modo que corre peligro la propia vida de la reina.
El brasileño Karim Aïnouz (La vida invisible de Eurídice Gusmão) adapta con decisión la novela El juego de la reina, de Elizabeth Fremantle, con la futura reina Isabel I de Inglaterra como narradora de toda la trama. Aïnouz saca partido especialmente a la generosa producción, a la magnífica fotografía de Hélène Louvart y a un reparto sobresaliente, muy bien liderado por Alicia Vikander y Jude Law. Su enfoque hiperfeminista resulta a veces un poco tosco y anacrónico, pero sólo chirría en el imaginario y excesivo desenlace. Menos llevadero es el sórdido hiperrealismo de varias escenas sexuales y violentas. Por lo demás, Aïnouz despliega una vigorosa planificación –muy pictórica– y una atmósfera cada vez más tenebrosa, que acerca la recta final al cine de terror.
Jerónimo José Martín
@Jerojose2002