Los Kurc fueron una de las familias judías que sufrieron en carne propia el estallido de la Segunda Guerra Mundial en Polonia, con las persecuciones nazi y soviética. Esta miniserie de ocho capítulos adapta a la pequeña pantalla la novela del mismo nombre de la escritora Georgia Hunter, descendiente de Addy, uno de los hijos de esa familia judía, que escapó al completo del Holocausto.
Fuimos los afortunados es una serie muy coral que sabe entrecruzar las historias de unos personajes que va dando a conocer paulatinamente. De esta manera, el exterminio judío, tan retratado en el cine y en las series, adquiere un tono intimista y testimonial que sorprende y emociona por el carácter tan personal que posee, y que consigue involucrar al espectador.
Este gancho, así como lo asombroso de muchas de las vivencias de los personajes, hace que la historia vaya adquiriendo un ritmo ágil a medida que avanzan los capítulos. Además, la serie plantea múltiples cuestiones morales y humanas, y también muestra momentos de felicidad y de éxito, que hacen más llevadera la crudeza del relato. Por otro lado, la experiencia de la guerra se amplía a otros territorios, como las posesiones francesas en África o incluso a América, ofreciendo así una interesante visión global de las consecuencias del conflicto.
La serie está dirigida por Thomas Kail, director y creador del afamado musical Hamilton, y por Amit Gupta (La materia oscura). Cuenta con una cuidadosa producción y una espléndida banda sonora de la veterana Rachel Portman (Nunca me abandones, La leyenda de Bagger Vance). Gracias a la colaboración directa de Georgia Hunter, en la serie aparecen objetos y fotografías reales de la familia.
Desentona quizá, dentro de la elegancia que posee la serie incluso para retratar la violencia del Holocausto, el tono innecesariamente sensual de algunas secuencias. El nivel interpretativo de todo el reparto es contenido y correcto, pero en el caso de la joven Joey King (The Act, Bullet Train) es sencillamente excelente. Su composición de la idealista y enérgica Halina Kurc hace que la serie adquiera la hondura y matices que se echan en falta en algunos personajes secundarios retratados de manera más epidérmica y convencional.