Resulta incómodo elogiar una película, como Estado eléctrico, que está siendo masacrada por una buena parte de la crítica. Pero pienso que es de justicia resaltar también las muchas virtudes de esta nostálgica e impresionante epopeya de ciencia-ficción, la producción más cara de Netflix, con 320 millones de dólares de presupuesto. Porque se trata de un valioso intento de recuperar el espíritu cinéfilo, espectacular y positivo de los grandes filmes para toda la familia de los años 80 y 90 del siglo pasado, con Steven Spielberg como principal referente. Es evidente su influencia en este filme dirigido y producido por los hermanos Anthony y Joe Russo, responsables de varias de las mejores películas de superhéroes de la Marvel, como Vengadores:…
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