N. es un hombre que cometió un error imperdonable y quiere pagar por ello. Pero ningún juez parece dispuesto a considerarlo culpable y enviarlo a una cárcel que él busca desesperadamente cometiendo numerosos actos delictivos.
Rodrigo Cortés sigue reinventándose en cada película, con una filmografía en la que hay producciones con mucha personalidad: Concursante (2007), Buried (2010), El amor en su lugar (2021). Escape se basa muy libremente en la novela de Enrique Rubio, con un protagonista alienado que vive un mundo al revés, en el que huye de la libertad para escapar de sí mismo, su pasado y la culpa.
Tras ese arranque, el cineasta gallego construye una historia muy coral en la que hay escenas de musical, comedia negra, thriller y drama, con un discurso filosófico muy sugerente y actual sobre la legislación y la libertad. El espectador tiene que aceptar el reto y entrar en un universo alternativo, a través de un código plagado de símbolos en el que hay tanto riesgo como imaginación.
En el pase de la película en el pasado Festival de San Sebastián, la conexión con el público fue mayoritariamente entusiasta, gracias sobre todo a las divertidísimas aportaciones de un reparto talentosísimo, en el que destacan José Sacristán, Blanca Portillo, Anna Castillo y José María Pou. Todos ellos liderados por Mario Casas, que borda su enloquecido y, a ratos, lúcido personaje.
La película cuenta con el respaldo en la producción de Martin Scorsese, y con una música excelente de Víctor Reyes, que modula los tonos tan diversos de la historia y aporta ritmo e intensidad a la trama.