Sorprende que esta gran película se estrene en España con retraso y después de pasar por alguna plataforma digital, como si se temiera su recepción, como si fuera una película extraña de esas que no conectan con el público. Es verdad que En un lugar sin ley –la historia de amor entre dos jóvenes americanos en los últimos años del Oeste, como la describe su director– no es cine de masas. Y al mismo tiempo es cine para todos.
No es cine de masas porque el lenguaje cinematográfico de En un lugar sin ley requiere cierta alfabetización, no es comida rápida para paladares estragados. Y es cine para todos porque la historia que se nos cuenta es universal, entendible por cualquier ser humano que ponga cada mañana sus pies en el planeta Tierra.
David Lowery cocina una bella y trágica historia de amor a fuego muy lento, con una acción que podría parecer mínima y que, en realidad, es honda. Los personajes de Lowery son icebergs que muestran solo un poco de la profundidad de sus almas. Y por eso el guion, más que con palabras y gestos, está escrito con miradas y silencios. Imitando a los grandes, Lowery demuestra que se puede construir un apasionado y tormentoso triángulo amoroso solo con los ojos. Que la simple radiografía de un ser humano –ese policía compasivo y locamente enamorado– puede encerrar un mundo de emociones. Que las mejores historias son las que clavan sus raíces en esa materia narrativa siempre vigente, rica y novedosa –a pesar de los siglos– que es un hombre, una mujer, que quiere ser bueno aunque no siempre lo consiga.
Hay mucha reminiscencia de los clásicos, hay una clara mirada al cine de Malick, del que toma, entre otras cosas, un maravilloso trato de la fotografía y un cuidado casting. Consciente de la importancia que, en un libreto como este, tienen los actores, Lowery ha apostado por Rooney Mara, una actriz que domina las distancias cortas, capaz de insuflar a su personaje fragilidad y fortaleza a la vez. Mara sostiene un triángulo que cuenta también con un eficaz Ben Foster y un convincente Cassey Affleck en un papel más corto pero igualmente intenso.
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