Entre 2001 y 2008, el Aula de Teatro de Lleida se convirtió en todo un referente cultural y docente para promover las artes escénicas entre adolescentes. Una década después, nueve mujeres denuncian que en ese tiempo su creador y líder cometió numerosos abusos sexuales con las adolescentes, hechos que nunca fueron denunciados.
Isabel Coixet retrata a estas mujeres y a su agresor con la sensibilidad de su mejor cine (Mi vida sin mí, La vida secreta de las palabras, La librería). Desde la primera escena, el guion y la planificación adquieren un tono simbólico para reflejar las humillaciones secretas y los peligros de un líder carismático que recibe un culto cercano a la idolatría.
La directora catalana acierta con el tempo y las pausas que el espectador necesita para interiorizar una historia tan impactante. Se nota que las protagonistas son actrices que saben mirar y contar delante de una cámara, con una contención y veracidad que favorece la emoción y universalidad del relato.
El techo amarillo tuvo muy buenas críticas en su paso por el Festival de Cine de San Sebastián, y ha sido recientemente nominada a los Goya en la categoría de mejor documental.