David Frankel (El diablo viste de Prada, Una pareja de tres) cambia de registro para contarnos una historia sencilla sobre el verdadero valor de las cosas en la vida. Bostick, Harris y Stu son tres aficionados a la ornitología. Bostick piensa en sí mismo antes que en su pareja, deseosa de ser madre; Harris es un fracasado a los ojos de su padre, y Stu es un empresario millonario que solo desea jubilarse y dedicarse a su mujer. Estos personajes tan distintos coinciden en su ambición de ganar el premio nacional para quien haya avistado más aves en un año.
Discreta pero agradable película, con tres cómicos muy dados al histrionismo que logran interpretaciones contenidas, amables e incluso emotivas. Se habla del sueño compartido de tres personajes absolutamente diferentes. Un sueño que les lleva a descubrir lo que realmente comparten: la necesidad de amar y ser amados. Uno caerá en la cuenta de lo mucho que debe a su mujer; otro recupera la relación con su padre y comprende que puede encontrar esposa; el tercero descubre que el egoísmo se paga. La película no entusiasma, pero gusta, y aunque a veces se puede hacer pesada –con tantos guiños tipo National Geographic–, es estimable.