La damisela del título de esta película es Elodie, la veinteañera hija mayor de lord Bayford y su madrastra, aristócratas venidos a menos en un imaginario país europeo, pongamos que del siglo XVIII. Para sacar a su familia y a sus súbditos de la pobreza, Elodie acepta casarse con el príncipe Henry, hijo de la altiva reina Isabelle, la verdadera regente de un país cercano, situado en una isla volcánica. Pero la boda esconde un futuro terrible…
Acierta Netflix en este nuevo intento de crear sus propios universos de fantasía para competir con las demás plataformas de streaming. Ciertamente, al feminista guion del californiano Dan Mazeau (Fast & Furious X, Ira de titanes) le falta un punto de hondura dramática y otro de sentido del humor. En este sentido, Damsel se parece más a películas como Lady Halcón, Dragonheart o las tres partes de El hobbit que a La princesa prometida e imitaciones, a pesar de la presencia de Robin Wright, aquí en un papel de malvadísima. También la joven actriz Millie Bobby Brown –protagonista y productora ejecutiva del filme– se aleja de sus inteligentes ironías en las dos divertidas entregas de Enola Holmes, y retorna al tono más existencial, físico y épico de su personaje de Eleven/Once en Stranger Things, la serie que la convirtió en la gran estrella de su generación.
En cualquier caso, el conjunto es muy entretenido, está interpretado con convicción, es suficientemente ágil y espectacular la puesta en escena del recuperado cineasta español Juan Carlos Fresnadillo (Esposados, Intacto, 28 semanas después), y nunca se pierde el tono de entretenimiento familiar, aunque la trama incluye momentos fuertemente dramáticos y bastante violentos… como es habitual en los buenos cuentos de hadas. Por eso ha sido calificada para mayores de 12 años. Y, por cierto, es magnífica la banda sonora original, compuesta por David Fleming y producida por Hans Zimmer.
Jerónimo José Martín
@Jerojose2002