Han pasado seis años desde su divorcio y John no ha conseguido superarlo. Pero a instancias de la que fue su esposa, acude a una fiesta y conoce a Molly, encarnación del encanto, y se produce el flechazo. Todo sería perfecto si por medio no estuviera Cyrus, el hijo de Molly. Este chico es un gordinflón de 22 años, infantilizado, enmadrado y empeñado en que este desconocido no le arrebate a su mamá. La película de los hermanos Duplass (¿los nuevos Farrelli?) es original, un poco gamberra -sin las obscenidades a las que nos acostumbran los directores norteamericanos que hacen este tipo de cine-, pero le falta hervor. Todo es tosco, desde la manera de rodar, cámara en mano, hasta la falta de sutileza y de chispa para aprovechar situaciones auténticamente cómicas.
Contenido exclusivo para suscriptores de Aceprensa
Estás intentando acceder a una funcionalidad premium.
Si ya eres suscriptor conéctate a tu cuenta. Si aún no lo eres, disfruta de esta y otras ventajas suscribiéndote a Aceprensa.