Los cazafantasmas –ahora la familia Spengler al completo– vuelven a estar en el cuartel general donde empezó todo: la icónica estación de bomberos en Nueva York. Paralelamente, los originales, mientras investigan en un laboratorio muy moderno y ultrasecreto cómo hacer frente a las cada vez más peligrosas criaturas espirituales, descubren una antigualla con una gran fuerza maligna. Entonces, los nuevos y los viejos cazafantasmas tienen que unir fuerzas para defender el mundo de una nueva Edad de Hielo.
Parecía que Cazafantasmas: Más allá iba a ser la resurrección de la mítica saga de los 80. Pero no. Ni el entonces guionista –y ahora también a la dirección–, Gil Kenan; ni el entonces director –factótum de grandes películas como Juno o Up in the Air–, Jason Reitman, y ahora coguionista, consiguen hacer levantar el vuelo a esta nueva entrega. Las casi dos horas de metraje se hacen muy pesadas, precisamente por un guion flojo y unos personajes llenos de tópicos. Cargan tanto las tintas en esas nostálgicas primeras entregas, que la historia no avanza y se queda, al final, en tierra de nadie. A su favor tiene el apartado técnico –aunque tampoco podía ser menos– y algunos gags bastante divertidos.
Jaume Figa Vaello
@jaumefv