“Una tregua de dos o tres años sería un regalo para Putin: nos atacará de nuevo”

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A mediados de febrero, el presidente Volodímir Zelensky acusó a Donald Trump de repetir la desinformación del Kremlin (foto: Europa Press / Contacto / Ukraine Presidency)

A tres años de que las tropas rusas entraran en Ucrania y se les desvaneciera el espejismo de que todo era llegar a Kiev, cambiar el gobierno, tomar un té y volver a casa por la tarde, el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca ha terminado dándole un respiro a Vladímir Putin y motivando, en el gobierno ucraniano y entre sus gobernados, una sensación de abandono. De injusto abandono.

Para algunos entendidos (y optimistas), solo faltaba un empujón, unos meses más de resistencia frente al invasor… Pero el presidente republicano ha volcado el tablero innecesariamente, y en Kiev hay incertidumbre. Imposible hacer pronósticos, al menos no a medio plazo.

Así lo advierte el analista ucraniano Oleksandr Slyvchuk. En conversación con Aceprensa, el coordinador del programa de cooperación para España y Latinoamérica en el think tank Transatlantic Dialogue Center aborda la situación que se presenta con los extraños giros de guion desde Washington, y tiene claro que cualquier respiro que se dé al agresor solo servirá para que vuelva con más fuerza. Y Europa no está a la altura del desafío.

— En tres años, una superpotencia nuclear no ha podido doblegar a un vecino mucho más pequeño. Ahora Trump ha decidido validar las tesis de Putin y atacar verbalmente al presidente ucracniano Volodímir Zelenski, justo cuando no se ve que Rusia esté ganando esta guerra…

— Rusia no parece ser la que era antes. La potencia rusa está dañada, igual que la de Ucrania. Pero la capacidad ucraniana de resistencia sigue en pie y el país seguirá resistiendo. Aunque sin la ayuda firme de Estados Unidos va a ser difícil, y en cuestión de armamento tiene que ser respaldada también por la Unión Europea. Hay un deseo en Ucrania de que la UE invierta más en esta industria y pueda reemplazar a EE.UU. en su salida.

Ucrania no depende completamente del apoyo armamentístico de EE.UU., pero sí en algunas áreas como la defensa antiaérea, y en particular para el uso de misiles Patriots

Por otra parte, Ucrania también ha desarrollado su industria militar en su propio territorio y en la Unión Europea; en Polonia, por ejemplo. Por eso no podemos decir que dependemos en todo de EE.UU. Dependemos en ciertas áreas, como en defensa antiaérea. Los misiles Patriots no se fabrican en Ucrania, claro. Dependemos para el mantenimiento de vehículos blindados y de carros de combate, y para proyectiles, aunque Ucrania los produce.  También necesitamos los cohetes Himars, que son muy precisos y que constituyen un arma clave de esta guerra.

El analista ucraniano Oleksandr Slychuk (foto:Transatlantic Dialogue Center)

— Gracias precisamente al apoyo occidental, Ucrania ha podido aumentar sus medios antiaéreos y disminuir el impacto de la aviación y de los misiles rusos.

— Ucrania gasta cada vez más misiles antiaéreos: se necesitan Patriots, porque los otros no pueden interceptar misiles balísticos. Cuando Rusia los lanza, no hay manera. Es una cuestión muy complicada. Lo que recibimos de la Unión Europea son sistemas que interceptan misiles crucero, aviones o algunos sistemas mucho menos sofisticados, pero para los Patriots dependemos totalmente de Washington.

Pasividad europea en defensa

— Una de las frecuentes advertencias de Zelenski a Europa es que, si Ucrania cae, otros pueden ser agredidos. Sin embargo, Rusia dispone de menos efectivos militares que los países de la OTAN en conjunto y tiene un armamento de peor calidad. ¿Se atrevería Putin con un país de la Alianza?

— Hay varios escenarios. Si la agresión a Ucrania le sale muy mal, Putin puede atacar a los países de la OTAN limítrofes, como Finlandia o los bálticos, para después negociar, porque son países de la la Unión Europea. Si, por el contrario, le sale bien, Putin se va a sentir poderoso durante unos años y va a ser cuestión de tiempo que ataque a Moldova, aunque este es un país que está cerrado por tierra desde el este por Ucrania y desde el oeste por Rumania. No le sería fácil alcanzarlo.

Es una cuestión de tiempo que Putin ataque los países bálticos, que, de hecho, ya sufren sabotajes y crisis migratorias dirigidas por Rusia

En el tema de los bálticos, sin embargo, yo creo que es una cuestión de tiempo, porque ellos ya sufren muchas operaciones de sabotaje: Rusia les corta los cables de fibra óptica, utiliza la guerra electrónica contra sus sistemas GPS –la aviación civil en Estonia, Letonia o Lituania tiene problemas para el aterrizaje, porque los GPS no funcionan cerca de la frontera con Rusia–, y hace otras cosas, como provocar crisis migratorias: puede empujar las llegadas de inmigrantes, como ya sucede entre Bielorrusia y Polonia. Eso lo van a usar sí o sí.

— O sea, ¿no temería Rusia una activación del artículo 5 de la OTAN, de defensa colectiva?

— No. O bueno, depende de la postura de EE.UU. Rusia mira la postura de Washington: observa si este demuestra ignorancia o poco interés hacia la paz en Europa. Sin Washington, los aliados europeos no pueden resistir a Rusia, eso está claro. Probablemente por eso muchas cosas dependen ahora de Donald Trump.

— Pero tecnológicamente, en lo militar, Rusia no está al nivel de los miembros europeos de la OTAN, ¿no?

— Esta guerra ha demostrado que, durante décadas, los países europeos no han invertido en su propia defensa. Ucrania sí, porque fue obligada a hacerlo entre 2014 y 2022, y lo hace ahora, con la ayuda armamentística. Ucrania es el único país del continente con experiencia de combate. Los británicos estuvieron en Afganistán e Irak, en guerras contra insurgentes y milicianos, no contra tropas como las de Rusia, por lo que a Europa le faltan experiencia, armamento y [el favor de la] opinión pública. Así pues, no creo que pueda resistir largamente la posible invasión de Rusia a algún aliado europeo. Los bálticos lo tienen clarísimo, por eso están tan asustados.

El mandato de Trump, ¿una pausa para Rusia?

— Algunos analistas dicen, que con unos meses más de resistencia ucraniana, Moscú, que ha tenido enormes pérdidas, habría rebajado sus exigencias. Si Donald Trump no se hubiera expresado como lo ha hecho, Rusia no estaría exigiendo tanto. ¿Qué opina usted?

— Rusia no está en una posición de poder. Busca un alto el fuego, pero no porque quiera terminar la guerra, sino porque lo necesita. Utiliza reclutas, como los utiliza Ucrania, y le falta armamento, por eso les llega desde Corea del Norte, desde Irán. Están en el frente con carros de combate antiguos.

Como les faltan armas, una tregua de dos o tres años sería un regalo para Putin. Y después, otra excusa y a atacarnos de nuevo. Donald Trump, lamentablemente, no lo entiende. Él quiere una paz rápida, un acuerdo para que todo se tranquilice. Puede también pasar que Rusia espere que transcurran los cuatro años de Trump en el poder y después nos ataque otra vez, con otro presidente de EE.UU.

— En el supuesto de que se alcance un acuerdo entre Zelenski y Trump sobre el tema de las denominadas “tierras raras”, ¿funcionaría eso como un incentivo para que EE.UU. presione a Rusia y que esta devuelva territorio arrebatado en 2022?

— Primero, esto depende de la cantidad de tierras raras, pues muchas están en los territorios ocupados. En segundo lugar, si viene capital estadounidense, acompañado de la defensa de este capital, para nosotros sería beneficioso tener empresas norteamericanas trabajando en Ucrania. Pero es una gran pregunta saber si Estados Unidos de verdad quiere hacer negocios. Yo no creo que las tierras raras provoquen ningún tipo de conflicto entre Rusia y Estados Unidos.

Hay que entender además que muchos de estos recursos naturales han sido ocupados y robados por Rusia, y seguramente van a terminar en manos de China, que los extraerá y explotará.

— En Crimea, desde la anexión de 2014, la prensa apenas ha hablado de levantamientos de la población local contra las autoridades rusas. Pareciera que se acostumbraron a la autoridad del Kremlin allí. En las regiones anexadas desde 2022, ¿cómo reaccionará la población? ¿Se prevé algún tipo de resistencia?

— En Crimea, Rusia fue contra los tártaros (el pueblo indígena de la península) en 2014: buscó a los líderes y descabezó la resistencia. A partir de 2014 encarcelaron más de 200 personas. La mayoría de las sentencias penales que impusieron a los líderes tártaros fueron por “terrorismo yihadista”, “terrorismo islamista”, porque los tártaros son musulmanes. Es un pueblo que tiene mucho en común con los turcos, con los azerbaiyanos. Son musulmanes, por eso se las acusó de relación con Al-Qaeda. Pero, antes de 2014, Ucrania nunca había tenido problemas de terrorismo yihadista en Crimea.

Después Moscú empezó a enviar población rusa desde el continente a Crimea, para mezclar la población y elevar el porcentaje de los rusos eslavos étnicos en la provincia, que es bastante pequeña, como puede serlo el País Vasco, por ejemplo. Llegó un millón de rusos allí y compraron pisos, y ahí nacieron sus hijos. Tienes entonces que es una población callada, neutralizada.

Kiev no piensa ceder territorio. Sí podría haber concesiones respecto a la entrada en la OTAN y a la presencia de la iglesia ortodoxa “rusa” en suelo ucraniano

En cuanto a la invasión de 2022, al principio sí hubo resistencia. En los primeros meses hubo manifestaciones pacíficas contra los ocupantes en Jerson, en otras ciudades más pequeñas, pero fueron cortadas bastante rápido por medio de la violación, el secuestro… Rusia empezó a buscar a los líderes de opinión locales, a secuestrarlos, a chantajearlos, por eso las protestas se acallaron en un mes o dos en esas zonas. También usaron la ayuda humanitaria: estaba en manos de los invasores y no había otra manera de sobrevivir. Pero cuando Ucrania recuperó territorios, los locales colaboraron muchísimo con las fuerzas ucranianas.

Ni hablar de un títere prorruso

— ¿Contemplaría la población ucraniana la posibilidad de que un nuevo Víktor Yanukóvich, un títere de Moscú, llegue al poder en Kiev para intentar aplacar a Putin y que se acabe la guerra?

— Es imposible. No sería democrático. La población ucraniana no va ahora a votar a un líder prorruso o ni siquiera neutral. Cualquier elección la ganaría por mayoría abrumadora un líder proeuropeo, no un prorruso. El resentimiento antirruso ahora es muy fuerte, extremadamente fuerte. Tener un títere como solución de compromiso no sería aceptable para la sociedad. No significaría la paz.

Puede ocurrir que el mismo Zelenski, por ejemplo, sea obligado a aceptar algún acuerdo con Putin; algún compromiso. No sé en qué condiciones sería, pero poner un títere no solucionaría el problema y la gente no lo aceptaría.

— De momento parece imposible que Rusia acepte volver a las fronteras de 2022. ¿Qué cesión podría hacer Ucrania para intentar que esta guerra acabe con el menor daño posible en términos territoriales?

— Ucrania no va a ceder territorio. Está claro que eso no soluciona el problema. Puede ser que busque algún tipo de compromiso en el tema de la OTAN; que renuncie a ser parte de la Alianza, y venderlo como una concesión, un compromiso. Pero el gobierno no va a aceptar cesiones territoriales, porque eso no soluciona nada: Rusia va a venir a por más territorios; es así.

Podría haber, por ejemplo, algún compromiso en materia religiosa. El tema de la religión es sensible en Ucrania, donde hay dos iglesias ortodoxas: la del Estado ucraniano y la del Patriarcado de Moscú, que parece ser ucraniana, pero que es totalmente dependiente de Moscú, y por eso se le quiere sacar de Ucrania. Podría llegarse a un acuerdo para que se permitan sus parroquias, por ejemplo.

— Finalmente, ¿cómo imagina usted la situación en el terreno a corto o medio plazo?

— Creo que este año tendremos una tregua, un alto el fuego. Va a ser una pausa proactiva: todos tendrán que prepararse para una nueva invasión rusa. Creo que los europeos, aunque van a seguir con las sanciones y enviando armamento a Ucrania, mantendrán el objetivo de hacer negociar a Rusia. Si no quiere, será obligada a hacerlo. La pregunta es cómo se logrará esto si EE.UU. no hace presión. Estamos ante la posibilidad de un contacto entre Occidente, Ucrania y Rusia, pero es una incertidumbre absoluta. No quiero hacer afirmaciones tajantes, porque todo cambia.

5 Comentarios

  1. Interesante artículo. Esperemos que mantegamos el tipo al menos con las sanciones y no pueda la conveniencia económica de siempre gracias a la cual un impresentable como Putin se ha mantenido a costa de tantas vidas.

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