Chicago.— Pocos discutirían que la cuestión crucial en las elecciones presidenciales estadounidenses de 2024 se reduce a cómo cada candidato decida gestionar la cada vez más inminente crisis de inmigración. Por complejo y divisivo que sea este tema, tiene el potencial de influir en los votantes y remodelar el futuro panorama político, con el estado de Texas en el epicentro de este debate. En ningún otro lugar son más evidentes las dinámicas de la política, la economía y la seguridad nacional que en el “estado de la estrella solitaria”, debido a los enrevesados problemas que allí plantea la inmigración, a consecuencia de su posición geográfica.
Con una vasta frontera de 3.000 km que lo separa de México, Texas es la principal puerta de entrad…
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