China: posible revisión de la política del hijo único

publicado
DURACIÓN LECTURA: 3min.

La línea oficial sigue siendo que la política nacional de planificación familiar es necesaria. Pero el presidente Hu Jintao, después de afirmar eso, como sus predecesores, en su informe al Congreso del Partido Comunista en noviembre pasado, omitió añadir, a diferencia de sus predecesores, que el objetivo es “mantener baja la tasa de natalidad”. En un sistema político opaco, solo eso es todo un indicio de que algo se mueve.

Unos días más tarde, un exdirector de la Comisión Nacional de Planificación Familiar declaró a China Daily (28-11-2012) que el gobierno se plantea reformar la política de modo gradual, empezando quizá por permitir un segundo hijo a los matrimonios de poblaciones urbanas si uno de los cónyuges es hijo único. Ahora solo pueden tener dos hijos las parejas formadas por dos hijos únicos, y eso con condiciones: la madre debe ser mayor de 28 años cuando dé a luz al segundo y deben haber pasado al menos cuatro años desde el nacimiento del primero.

Política de más hijos

Un mes antes, un organismo oficial había sido más rotundo. En un informe, la Fundación para la Investigación sobre el Desarrollo, después de elogiar los logros de la política del hijo único, dijo que ahora, el problema demográfico chino es el declive (cfr. Xinhua, 26-10-2012).

La población china, advierte el informe, crece cada vez menos: del 1,07% anual en la década de 1990 ha pasado al 0,57% en la siguiente. Si no cambia la tendencia, el país está abocado a perder población y a una fecundidad bajísima desde mediados de la próxima década.

Un informe de un organismo oficial chino advierte que ahora el problema demográfico del país es el envejecimiento y el descenso de la población

Pero hay algo que ya no se puede evitar: el descenso de la población activa a partir de 2015. Por tanto, la economía china ya no podrá basarse en la disponibilidad casi ilimitada de mano de obra barata, y habrá que aumentar la productividad.

La Fundación recomienda reformar la política del hijo único en tres fases. Hasta 2015, relajarla en las zonas donde se ha aplicado con más rigor. Entre 2015 y 2020, permitir de modo general dos hijos por familia. En 2020, abolir por completo el control de la natalidad; más bien, dice, habría que adoptar una política para fomentar los nacimientos, a fin de detener el descenso de la población activa y de la población total.

Abusos menos tolerados

El informe explica que la política del hijo único ha agravado el problema del envejecimiento demográfico y además ha causado otros, peculiares de China. El más notable es el desequilibrio de sexos, por combinación de la preferencia tradicional por los hijos varones y la prohibición de tener más de uno, con el instrumento del diagnóstico prenatal del sexo y el aborto selectivo. En Corea del Sur también se dio la misma práctica, pero en ausencia de políticas coercitivas de natalidad, ha acabado por casi desaparecer. En China, ya hay un superávit masculino de unos diez millones de jóvenes que no encontrarán esposa (cfr. Aceprensa, 12-01-2011).

La Fundación señala también los problemas que supondrán las generaciones de hijos únicos: primero, cuando tengan que atender a sus padres y abuelos; luego, cuando haya que atenderlos a ellos.

Otra consecuencia del control demográfico chino es lo que el informe llama “conflicto social”. La política del hijo único tiene ya una mala fama muy extendida por la arbitrariedad y los draconianos métodos con que a menudo se aplica. Todavía en 2009 hubo 6 millones de abortos forzados (en 1983 fueron 14 millones), y se toleran cada vez peor, en especial desde que en junio pasado se difundieron por Internet las fotos de un caso en la provincia de Shaanxi (cfr. Aceprensa, 26-07-2012).

El régimen parece haber detectado la impopularidad y empezado a tomarla en serio, pues está permitiendo que se aireen las quejas. Quizá lo que más teme es las malas perspectivas económicas, si da crédito a las previsiones de la Fundación para la Investigación sobre el Desarrollo. La legitimidad del poder comunista chino ya no se funda en la ideología o en la historia heroica de los padres del partido. Depende de que sea capaz de dar bienestar material. Hasta ahora, las violaciones de derechos humanos le han hecho poca mella.

Dejar comentario

Conectado como Aceprensa. Edita tu perfil. ¿Salir? Los campos obligatorios están marcados con *

Contenido exclusivo para suscriptores de Aceprensa

Estás intentando acceder a una funcionalidad premium.

Si ya eres suscriptor conéctate a tu cuenta. Si aún no lo eres, disfruta de esta y otras ventajas suscribiéndote a Aceprensa.

Funcionalidad exclusiva para suscriptores de Aceprensa

Estás intentando acceder a una funcionalidad premium.

Si ya eres suscriptor conéctate a tu cuenta para poder comentar. Si aún no lo eres, disfruta de esta y otras ventajas suscribiéndote a Aceprensa.