Acción

La historia de Jesse Owens, el atleta negro que subió al podio en las Olimpiadas de Berlín, organizadas por el régimen racista nazi.
Buen cine juvenil de aventuras, tercera entrega de la saga, tras “Divergente” e “Insurgente”.
La mejor serie de superhéroes hasta hoy, con un protagonista con más drama que puñetazos, malos verosímiles que no se limitan a destrozar ciudades y personajes femeninos que no son meras comparsas.
La saga recupera la épica de “La guerra de las galaxias” con una continuación muy fiel a la trilogía original.
Una versión de la historia de “Moby Dick” que, junto a espectaculares escenas de alta mar, ofrece tensión dramática en el conflicto entre el capitán y el primer oficial.
El final de una saga notable, innecesariamente alargado, no pasa de correcto, aunque lo salvan los actores.
El poder destructivo de la droga, visto a través de unos de personajes más o menos corrientes cuyo sentido moral es puesto a prueba.
Acción al estilo clásico de la serie James Bond, pero con un guion que da más profundidad a los personajes.
Buen cine de aventuras, que supera la primera entrega de la saga y muestra, además de acción, personajes atractivos y cuestiones éticas.
Relato bien contado, seco y directo, de una expedición comercial al pico más alto del mundo.
El personaje más famoso de los cómics de Manuel Vázquez se traslada al cine en forma de película de acción, con un guion ingenioso y un buen montaje.
Esta entrega, que cuenta los orígenes de la guerra entre hombres y máquinas, ofrece acción y entretenimiento abundantes.
El director Trevorrow entrega una buena película para casi todos los públicos, fiel a la fórmula de cine de aventuras característica de Spielberg.
Como las anteriores entregas de la saga, es un festival de persecuciones y peleas hiperviolentas, no apto para paladares delicados, pero también muy entretenido y a veces hasta divertido.
La creación de un robot con sentimientos es un tema clásico en la ciencia ficción, al que esta película no llega a sacar todo el jugo.
Vigorosa cinta de acción que, por su violencia paródica e intenciones transgresoras, enlaza con el cine de Tarantino.
A los 84 años Clint Eastwood vuelve a sorprender con un drama sobre las consecuencias morales de la guerra.
El odio y el fanatismo en el Ulster de 1971, mostrado con una crudeza y una veracidad que impresionan y hacen pensar.
Culmina la trilogía una película bélica grandiosa, que habría ganado con más Bilbo (excelente Martin Freeman) y menos batallas.

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