Que no, señores, que el del aborto no es un debate cerrado

publicado
DURACIÓN LECTURA: 3min.
El aborto no es un debate cerrado
Presentación del ciclo de conferencias “Encuentros con la Historia y la Literatura” en el Senado, Madrid, 5-09-2024 (youtube.com/@Senadoesp)

Dos polémicas, desde mi punto de vista absolutamente artificiales. La primera es que el Papa, al volver de su viaje a Bélgica, en su ya tradicional rueda de prensa aérea, dijo que el aborto era un asesinato y que los médicos que lo provocaban, unos sicarios. Y no deja de sorprender el lío que se formó. Hay quien, cada semana, se olvida de que Francisco es el Papa y de que Francisco es argentino. Las dos cosas. Sus declaraciones en el avión, gusten o no, en el fondo o en la forma, responden a esas dos realidades y son absolutamente coherentes. Así que la polémica es más falsa que un judas de plástico, que decía mi abuela y que pega todo en este contexto.

La segunda es que, en España, el Senado ha cedido una sala para que Political Network for Values (Red Política por los Valores) una plataforma que agrupa a líderes políticos de diferentes países, celebre allí su reunión anual. No parece que el tema tenga especial relevancia. Mis fuentes me informan que el Senado tiene 16 salas y en la web del propio Senado compruebo que en estas salas se celebran conferencias, por ejemplo, estos meses, sobre literatura e historia. Por otra parte, la dichosa plataforma ha realizado eventos en la sede de la ONU en Nueva York, en el Capitolio de Washington, en el Parlamento Europeo o en el Congreso de los Diputados de España. ¿Cuál es el problema? Que los valores que defienden estos políticos son, entre otros, la vida, la familia, la libertad religiosa y de conciencia. Con otras palabras: gente peligrosa. Como el Papa.

En cualquier caso, no querría yo hablar ni de las ruedas de prensa aéreas ni de las extraescolares del Senado sino de varios comentarios que he escuchado a raíz de estas polémicas en tertulias radiofónicas. El problema, decían, es que reabren un debate social que está “absolutamente” (es importante el adverbio) cerrado. Según muchos contertulios, es absurdo que nadie diga algo en contra del aborto cuando “toda” la sociedad (es importante el adjetivo) está a favor. Y además de una forma categórica. Sin ningún atisbo de vacilación. Nadie tiene la menor duda de que el derecho al aborto nos hace mejor sociedad. Y a mí se me queda un poco cara de tonta. Porque a mi alrededor hay mucha gente que tiene muchas dudas sobre el aborto. Y no me refiero a católicos practicantes, que por supuesto, sino a votantes de izquierdas que, aun defendiendo la ley, entienden que cualquier aborto es un drama, o mujeres que han abortado y no querrían –por nada del mundo– volver a pasar por lo mismo. Siempre mujeres por cierto… No es siempre un consenso pacífico y festivo lo que rodea al aborto. Y lo que sí suele haber casi siempre es el dolor y el sufrimiento de una mujer. A veces acompañada, pero la mayoría de las veces sola.

Por eso no creo que el aborto sea un debate cerrado. Estas polémicas manifiestan que no lo es. Y es bueno que no lo sea. Mientras siga abierto, podremos aspirar a que ninguna mujer tenga que sufrir un aborto. Sortearemos el peligro de adormecer nuestra conciencia.

Pienso que –precisamente por el avance de los derechos– dentro de unos siglos habrá una concepción del aborto similar al que hoy tenemos sobre el racismo, la esclavitud o incluso el maltrato animal. Y, en ese momento, que hayamos mantenido el debate abierto probablemente nos salvará como civilización.

2 Comentarios

  1. Muchas gracias, Ana, por tus reflexiones y por poner en contexto dos noticias que juntas se explican muy bien.
    Somos muchos los que pensamos como tú: EL ABORTO NO ES UN DEBATE CERRADO, y menos ABSOLUTAMENTE.
    Con Julián Marías, pensamos que la «aceptación social del aborto» es lo más grave que puede ocurrir en una sociedad en cuestión de conciencia, moral, antropología y política social. Y no es una cuestión de fe religiosa, sino de mera razón, de antropología.
    Gracias por demostrar que la cuestión del ABORTO no es una cuestión cerrada; cada vez que quieran cerrarla tendremos el deber de recordar que sigue abierta, y lo seguirá hasta que cívica, pacífica y democráticamente logremos su abolición.
    Vicente A. MORRO LÓPEZ.

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